La salud y la familia, son las voces de esperanza que movieron a cientos de potosinos que a lo largo de este jueves rozaron sus rodillas con el piso o con las cobijas de protección, para andar paso a paso orando, agradeciendo o pidiendo a la Virgen de Guadalupe, el milagro concedido o un favor para lo que viene.
Emmanuel Meléndez eligió este 12 de diciembre para avanzar de rodillas, protegido por cobijas, por toda la Calzada de Guadalupe, y agradecer la llegada de su niña que nació en muy buenas condiciones de salud; es su única hija y la esperaba.
Para Martha María Rodríguez la andanza se puso más difícil. Aprovechó la tarde y decidió usar las rodillas para andar sin ninguna protección desde el Jardín Colón hasta la Basílica Menor de Guadalupe, para agradecer bendiciones y favores a ella y a su familia, y lo que ha sucedido le ha motivado a asumir la responsabilidad de acudir a dar gracias. Principalmente, dijo que está agradecida por la salud de su madre, de su sobrina y de ella misma.
Carmen Rodríguez, también de rodillas y sin ninguna protección, dice que ella más que pagar una manta, va por devoción a la Basílica y asegura que va a agradecer la salud de su mamá y su sobrinita.
Nayeli Sánchez Tapia, por su parte, también sin protección de cobijas, fue para pagar una manda por la buena salud de sus hijos.
De vez en cuando se escuchaban oraciones, referencias a cánticos que hablan del significado de los ojos, las rosas en invierno y los milagros a Juan Diego.
Esta vez las peregrinaciones fueron en familia, porque las escuelas, grupos de profesionistas y gremios, peregrinaron en días previos.