En su afán por hacerse de espacios en el Centro Histórico, vendedores informales empiezan a “colonizar” el jardín de San Juan de Dios y ofrecen a los transeúntes alimentos y bebidas, a pesar de los operativos frecuentes que aplican autoridades municipales y del estado.
Ayer sábado, fue posible observar en ese espacio público cinco puestos que antes no operaban y que venden fruta picada, frituras, tacos de canasta o “al vapor”, ropa invernal y bebidas embotelladas.
El único puesto que ya lleva algunos años operando en el costado poniente, es el de un vendedor de libros y enciclopedias de medio uso.
El puesto de tacos, que se sitúa al inicio de pasillo central del jardín, frente a una tienda departamental, es el que atrae a más clientes y por ende, el que más basura genera, pues muchos de los comensales abandonan platos, envases de bebidas y servilletas en las áreas verdes de San Juan de Dios por la pereza de caminar a la papelera más cercana.