Video | La batalla laboral de los discapacitados

En SLP, este grupo vulnerable enfrenta la falta de oportunidades de empleo

En pleno 2025, la inclusión laboral en San Luis Potosí sigue siendo un desafío complejo tanto para las autoridades como para la sociedad potosina. Las personas con algún tipo de discapacidad continúan enfrentando barreras que limitan su acceso a un empleo digno y estable. Pese a esfuerzos institucionales y campañas de sensibilización, los testimonios de discriminación, rechazo y falta de oportunidades se repiten en diferentes sectores de la entidad.

Entre este mar de casos se encuentra la historia de Raquel Martínez, una mujer de 41 años originaria de San Luis Potosí, quien padece de discapacidad motriz y tras más de ocho años de experiencia laboral reciente, hoy enfrenta de nuevo las dificultades para integrarse al mercado laboral.

"Trabajé durante ocho años en Domino´s Pizza en Soledad de Graciano Sánchez, pero hace mes y medio tuve que dejarlo por un recorte de personal. Me quedé con muchas dudas porque siempre fui una persona comprometida con mi trabajo", relata Raquel. Al hablar sobre los principales obstáculos en su trayectoria laboral, no duda en señalar la discriminación como el reto más fuerte.

"Cuando te presentas a pedir empleo, muchas veces te ven y piensan: no vas a poder. Pero si no te dan la oportunidad, ¿cómo van a saber si realmente puedes hacerlo o no?", cuestiona.

Raquel recuerda dos episodios en particular. El primero ocurrió en una tienda departamental ubicada en la capital, donde tras entregar su solicitud recibió respuestas evasivas. "Me dijeron: ahorita no hay quien te atienda, regresa mañana. Y al salir, otra persona que también estaba solicitando empleo me hizo una seña como diciéndome no hay trabajo para ti".

El segundo caso se dio en una empresa más grande, aunque no especificó a cuál giro laboral pertenecía. "Cumplí con todo; entregué papeles, realicé el examen y todo salió bien. Pero al final simplemente me dijeron: ¿sabes qué? No. Creo que no. Y hasta ahí quedó".

Para ella, estos momentos han sido dolorosos porque reflejan prejuicios que aún predominan en la cultura laboral potosina; "todavía ni entras y ya te cierran la puerta. No saben lo que realmente podrías demostrar", enfatiza.

Cuidar a otros

Previo a su experiencia en el sector restaurantero, Raquel Martínez también desarrolló una trayectoria en el ámbito educativo. Se formó como asistente educativo y trabajó durante siete años en una guardería, donde se encargaba de acompañar a los niños en sus tareas escolares y actividades recreativas.

Raquel padece discapacidad motriz desde su nacimiento, lo que desde muy joven le representó un reto para 

integrarse plenamente al ámbito laboral. A ello se sumó un segundo diagnóstico a la edad de 26 años, cuando los médicos detectaron una enfermedad que debilitó su columna vertebral.

Pese a esas condiciones, Raquel se entregó con dedicación a su profesión. Explica que la convivencia diaria con los niños fue una de las etapas más significativas de su vida laboral, pues disfrutaba no solo de apoyarlos en sus tareas, sino también de organizar juegos y dinámicas que fortalecieran su desarrollo. 

"Lo que más disfrutaba era estar con ellos, ayudarlos con sus tareas y, cuando terminaban, jugar juntos. Ver a los niños llegar con una sonrisa era lo más gratificante", recuerda.

Con el paso del tiempo su salud comenzó a exigir mayor atención. Llegó un momento en el que tuvo que poner en la balanza su bienestar físico y la seguridad de los niños a su cargo. Fue entonces cuando tomó la difícil decisión de dejar la guardería, priorizando no exponer a los menores ni comprometer la calidad del cuidado que merecían.

Aunque la elección significó interrumpir una vocación que disfrutaba profundamente, Raquel reconoce que esa experiencia le permitió desarrollar una sensibilidad especial y una fuerte vocación de servicio, aprendizajes que aún valora y lleva consigo.

Asignación pendiente

A pesar de los avances que se han impulsado a nivel nacional y estatal en materia de inclusión laboral, Raquel Martínez considera que todavía queda mucho por hacer. Desde su experiencia, muchas empresas implementan programas de contratación de personas con discapacidad de manera más simbólica que efectiva, con el objetivo de cumplir con estándares gubernamentales o mejorar su imagen, sin un compromiso real a largo plazo.

Raquel relata que en varias ocasiones fue contratada por periodos muy cortos, solo para ser despedida después de unos meses. Observó que otras personas en su situación también enfrentaban la misma práctica: eran despedidas poco tiempo después de ser contratadas. Para ella, esto evidencia que estas decisiones no están relacionadas con el desempeño, sino con la percepción hacia la discapacidad.

"Todavía falta mucho camino por recorrer. Las instituciones deben asumir un rol más activo y garantizar que la inclusión laboral no sea solo un discurso, sino una práctica real y sostenida", señala.

Aun así, Raquel comparte un mensaje esperanzador para quienes enfrentan obstáculos similares: "Que sigan luchando por lo que desean, por sus sueños; que sigan estudiando, trabajando o haciendo lo que quieran hacer, pero que lo hagan. No es simplemente por ser una persona con discapacidad que digas ´no puedo´. Tengo 41 años y sigo adelante".

Respuesta oficial

La historia de Raquel Martínez, una mujer con discapacidad motriz de San Luis Potosí, evidencia los desafíos que aún enfrentan muchas personas para acceder a un empleo digno y sostenido. Su experiencia laboral, marcada por la discriminación y la falta de oportunidades, refleja la realidad de un sector de la población que, a pesar de contar con capacidad y voluntad, se encuentra con barreras estructurales en el mercado laboral.

En este contexto, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha intensificado sus esfuerzos para mejorar la inclusión laboral y garantizar oportunidades a todos los sectores de la sociedad, especialmente a personas con discapacidad. Según Crisógono Sánchez Lara, titular de la dependencia, se han implementado capacitaciones permanentes en empresas locales, orientadas a fomentar la igualdad de oportunidades y erradicar cualquier forma de discriminación, con el objetivo de generar un cambio cultural en la integración laboral.

Además, la dependencia ha promovido la reducción de brechas laborales en ámbitos como la equidad de género y ha organizado 16 ferias del empleo, algunas dirigidas específicamente a personas con discapacidad, inmigrantes, mujeres, jóvenes y estudiantes. Estas ferias buscan fortalecer la economía local, garantizar empleos formales y beneficiar directamente a las familias potosinas.

La Secretaría también mantiene un contacto constante con asociaciones civiles que apoyan a personas con capacidades diferentes, participando en cursos, diplomados y ceremonias de clausura para facilitar su vinculación laboral. La intención es que las oportunidades de empleo sean reales y sostenibles, no solo simbólicas.

De acuerdo a Sánchez Lara, la política de la Secretaría es clara: asegurar que todos los ciudadanos puedan integrarse al empleo sin discriminación, estableciendo relaciones con instituciones y organizaciones de todos los niveles y condiciones. 

Estas acciones buscan que la entidad se consolide como un estado donde la inclusión laboral deje de ser un reto pendiente y se convierta en una práctica tangible y constante.