La guerra por el semáforo Morena: otro pleito

Quién sabe si sea una buena idea transformar un mecanismo diseñado originalmente para establecer las medidas de restricción de la movilidad ciudadana a una herramienta “para comunicar el riesgo” de la pandemia.

Pero lo que se adivina en el debate entre la Conferencia Nacional de Gobernadores y la Secretaría de Salud federal es un estira y afloja por un mecanismo con el que los mandatarios estatales se han mostrado incómodos.

Ya lo habían demostrado el gobernador jalisciense Enrique Alfaro quejándose de que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, los había colocado injustamente en el semáforo rojo, y su similar tabasqueño, Adán Augusto López, que aparece en un video diciendo “ya no puedo con Gatell”, en reclamo por la diferencia de cifras.

No es extraño que pretendan una parte considerable del poder decisorio en el semáforo, a expensas de la Federación. 

Pero lo que levanta suspicacias es lo que externó ayer la secretaria de Salud de San Luis sobre el cambio de rumbo del semáforo, al transformarlo en una herramienta de comunicación del riesgo de la pandemia, quitándole las atribuciones restrictivas.

Primero porque ¿qué no existen desde hace meses, en San Luis y a nivel nacional, conferencias informativas diarias que presentan las cifras de la incidencia de la pandemia casi en tiempo real? ¿No han quedado claras las advertencias reiteradas de la gravedad de la pandemia que se hacen en esos ejercicios?

Por esas razones, la idea de modificar el semáforo para hacerla otra herramienta de comunicación no es convincente.

Lo que voltea el reflector a la posible lucha por controlar el semáforo entre gobernadores y la Secretaría de Salud federal. 

El riesgo es que un mecanismo que, aun siendo restrictivo, ha sido ineficaz para controlar la movilidad ciudadana, se vuelva letra muerta si se convierte en mera herramienta informativa.  

Morena hace honor a su historial sectario y ahora su bancada en el Congreso estatal se debate en un conflicto interno por la renovación de su representación en la Junta de Coordinación Política (Jucopo).

En el cargo está Edson Quintanar, pero sus días parecen contados, para ser sustituido por Angélica Mendoza.

Pero la designación generó una ruptura, otra más, en la bancada, al acusar dos de sus integrantes que se trata de una imposición del superdelegado Gabino Morales.

La polémica explica por qué pudiendo convertirse en la bancada controladora del Congreso en un grupo que se consume en sus polémicas internas.  

El pleito dio hasta para que diputados ajenos a Morena intervinieran. Desde su viaje “para conocer al país”, Pedro Becerra Carrizales aprovechó, vía Twitter, para darle una raspada a su ex aliado: “se decidió que el Diputado Edson salga de la Jucopo, porque el (sic)  solo representa sus intereses y los del Delegado; las transformaciones no se logran haciendo lo mismo de antes. La corrupción no se perdona”.

Si tras la nueva designación está la mano del superdelegado, el comentario no tendría mucho sentido, pero el “cariñito” a Edson ahí quedó. 

¡HASTA MAÑANA!