En su libro ‘Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de la izquierda’, la teórica estadounidense Judith Butler escribió: “cualquiera que sea la libertad por la que luchamos debe ser una libertad basada en la igualdad”.
Libertad e igualdad: dos de las palabras que más se repetían en los lemas de letreros y pancartas que portaban las y los asistentes a la Marcha del Orgullo LGBTIQ+, que se llevó a cabo la tarde de ayer en la capital potosina.
Libertad e igualdad, son además dos conceptos estrechamente relacionados con la lucha por la diversidad sexual, y que seguramente formaron parte del espíritu que acompañó a una inmensa parte de las 10 mil personas (según números del Ayuntamiento capitalino) que marcharon, rodaron, patinaron o recorrieron en un vehículo o moto, la avenida Carranza desde Morales a la Plaza de Fundadores, dos sitios emblemáticos de una aún conservadora metrópoli.
Personas de diversas identidades de género, orientaciones e identidades sexuales marcharon este sábado, para celebrar el orgullo de ser y poder ser diferentes, con la esperanza de que algún día lo puedan hacer con libertad e igualdad en cada rincón del mundo.
¿Por qué es necesario sentirse orgulloso u orgullosa?
Agatha, Drag Queen recalca que porque no para todes ha sido sencillo: “porque ha sido difícil, ha dolido, no te han entendido, te han acusado de decepcionar, incluso han llorado por ti, sobre todo para quienes nacimos en los noventas, las familias aún no terminan de entender, y además la religión es otro factor que estigmatiza, lastima, luego la gente se aleja, a veces vuelve… a veces no”.
Por eso salimos para sentirnos vivas, relata Agatha al tiempo que se aleja bailando entre las y los asistentes, cuidándose el maquillaje bajo un paraguas color arcoíris de la lluvia, que, aunque no fue intensa, luego de caminar al menos 30 minutos bajo ella, sí humedeció.
Desde los carros alegóricos, las personas lanzan vivas, aplauden, bailan, cantan, besan, abrazan, saludan y sonríen, ante la mirada de los transeúntes, de los empleados y clientes de los restaurantes y cafeterías, algunos les aplauden y les mandan besos, quienes marchan lo reciben orgullos de mostrarse, de expresarse, de sentirse.
Para culminar esta fiesta de la comunidad LGBTIQ potosina, se llevó a cabo un festival en un templete instalado en la Plaza de Fundadores, con música, canto y baile celebraron la diversidad y culminaron la onceava edición de la marcha del orgullo gay, ya sin lluvia y con olor a petricor, aunque no necesariamente sea tierra mojada, sino pavimento.