Lidia Villalba, quien falleció la noche del jueves tras un ataque armado en una carretera de Guadalajara cuando regresaba a San Luis Potosí luego de un torneo de golf, fue una destacada deportista y filántropa, además de incursionar en la política.
Estudió en el Colegio Motolinía y a temprana edad se inició en el golf, deporte que hasta la fecha practicaba en el Club Campestre de San Luis, donde en mayo del año pasado recibió la presea “Hole in one”, como la mejor en esa disciplina y por su destacada trayectoria en el deporte escocés.
El golf era su más grande pasión y destacó a nivel nacional, aunque también incursionó en el tenis.
Recibió además el galardón “Azul y Oro”, que otorga el Club Deportivo Potosino en la disciplina de baile.
Era amante de la naturaleza y el diseño floral y formó parte del Club de Jardinería Xochiquetzal.
También destacó como voluntaria de la Cruz Roja, donde realizó diversas labores en pro de la benemérita institución.
Aparte, hace unas décadas fue candidata a diputada federal por el PRI.
Su padre, Jorge Villalba fue presidente del Consejo de Administración del Club Deportivo Potosino.
Lidia Villalba era la mayor de 11 hermanos, le sobreviven su esposo Carlos Heinze Medina y sus hijos Carlos y Elizabeth Heinze Villalba, así como sus nietos Carlos, Jürgen y Danna Heinze Saucedo.