Sin misas ni rezos, ni imágenes ni peregrinos enchamarrados, ni patrullas municipales ni estatales, ni ambulancias ni paramédicos, por segundo año consecutivo, la Caravana Nacional de la Fe, no salió por las calles de San Luis Potosí, como lo hacía desde hace más de ochenta años.
Sin embargo y desde muy temprana hora, alrededor de 50 peregrinos acompañados de la celadora mayor, Leticia Aguiñaga, se presentaron en la comunidad de San Antonio, Villa de Arriaga, para dejar en la capilla la imagen de la virgen de San Juan.
En esta ocasión y para evitar aglomeraciones, la comunidad que se encuentra dentro de la ruta de la Caravana Nacional de la Fe, recibió la imagen para a su vez, permitir poco a poco la llegada de visitantes que participen con rezos en la novena.
Se trata de la idea que los propios organizadores maduraron para que la fecha conmemorativa no pase desapercibida y a su vez con los rezos, durante los 9 días, la imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos, sea venerada, como parte de las acciones de agradecimiento, que concluyen el día 1 de febrero, otro año más, sin llegar hasta la iglesia de San Juan.
En tiempos previos a la pandemia, la peregrinación salía de la parroquia del templo de Morales, para alcanzar el mismo 23 de enero, el acceso a la comunidad de San Antonio, en Villa de Arriaga, donde era la primer parada de descanso de los peregrinos, que posteriormente se dirigían a la cabecera de Villa de Arriaga, y después para recorrer un largo camino de descanso y oración, hasta llegar a Ojuelos, y otras comunidades tales como “La Lugarda”, “Nanángela”, “Las Amarillas”, el municipio de Lagos de Moreno y San Juan de los Lagos