Sin sobresaltos y sin que creciera la clientela, vivieron el viernes de Buen Fin los mercados municipales, que no sólo permanecieron con su día de rutina, sino que también reportaron muy bajas ventas, e incluso pasillos semivacíos o totalmente vacíos.
Óscar Cortés, en el Mercado Hidalgo, dijo que a pesar de la belleza del trabajo artesanal de aquellos mexicanos que elaboran los juguetes, los adornos y los instrumentos musicales, no hubo ventas como se esperaba, porque el fenómeno comercial del Buen Fin se concentra en centros comerciales que incluso venden piezas chinas de imitación de muy mala calidad.
Explicó que en el caso del Mercado Hidalgo, la baja de la clientela ya tiene un aproximado de un mes, y a pesar del flujo de gente en las calles de los alrededores al Mercado Hidalgo, los grandes beneficiarios de las compras son los comerciantes de la vía pública, que venden productos distractores por lo general de muy mala calidad, pero que dificultan que los clientes enfoquen sus compras en productos que valga la pena regalar en Navidad.
Dijo que se aprecia que hay mucha gente en grandes negocios de mercancías chinas, que por lo general ofrecen productos variados pero de mala calidad. Los chinos se animan incluso a imitar las artesanías mexicanas, obviamente sin la experiencia ni la calidad de los materiales ni la manufactura correcta.
En el caso del Mercado República, David Espinosa explicó que el mercado lució muy solo, a pesar de que suele ser el punto de visita tradicional.
Los comerciantes explicaron que a pesar de que hay trabajadores que ya recibieron el aguinaldo, no fueron a los mercados, sino que posiblemente se detuvieron en sitios de comercio informal o en las grandes tiendas de autoservicio, que venden las cosas más caras, pero tienen mucha publicidad y promoción.