Vista desde el interior del patio central del Museo del Virreinato, la Luna se asoma sobre la cúpula revestida de mosaicos amarillos y azules, coronada por una figura que parece vigilar el cielo despejado. El contraste entre la arquitectura virreinal y el tono profundo del firmamento crea una escena que detiene el tiempo.
La imagen captura ese instante preciso en que la luz del día convive con la presencia silenciosa del satélite, un equilibrio que convierte a este rincón del Centro Histórico en un pequeño observatorio natural. Fotografía por Alberto Martínez.