No vamos a pedir seguridad personal, dice Arzobispado sobre protocolo eclesial

“No vamos a pedir seguridad personal, ni vamos a pedir nada; ningún privilegio”, sentenció Juan Jesús Priego Rivera, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí. 

Argumentó que en materia de inseguridad todos los presbíteros están a merced de los delincuentes como cualquier ciudadano, pues no buscan tener privilegios para llevar a cabo sus labores pastorales.

El 19 de junio pasado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó un protocolo de seguridad eclesial que se divide en seguridad Personal y seguridad de recintos religiosos, debido a que en el tema de la violencia “es imprescindible mantener la unidad, y estar preparados para afrontar responsablemente, los posibles riesgos de inseguridad”.

Según el vocero de la grey católica local, evitar salidas nocturnas, en caso de ir a un inmueble acudir acompañados y traer consigo teléfono celular, son algunos de los aspectos del referido esquema de seguridad.

De acuerdo con el portavoz arquidiocesano, la conformación del manual de protección para los clérigos se dio debido a la inseguridad que han sufridos los curas en el país, que incluso generó asesinatos de ministros religiosos.  

Priego Rivera sostuvo que las agresiones contra los curas se deben a que los criminales los consideran como líderes de opinión, sobre todo en comunidades lejanas. “Muchas veces tiene que opinar cosas que no les gustan a los grupos delictivos”.

“Lo que quiere la iglesia en México, es que al menos haya el mínimo de seguridad para los sacerdotes (…) Te pueden decir (los solicitantes): ‘tengo una persona infartada en tal hospital’ y a lo mejor te están esperando afuera de tu casa, y te levantan”, concluyó