Casi tres décadas de carrera, ningún chapulineo a otro cargo mientras ejercía sus cargos de elección, decencia y apego al Partido Acción Nacional. Son las bazas con las que jugará Octavio Pedroza Gaitán la elección interna en busca de ser quien contienda por la gubernatura en representación de la Alianza “Sí por San Luis”.
Está tan convencido de que con ellas ganará, que no vislumbra un resultado distinto de su triunfo. Sólo pide equidad en la elección interna, ante la denuncia de que alguna “personalidad” de su partido se apoya en recursos públicos. Tira la piedra, pero elegantemente, esconde la mano, al no identificarla.
También habla de dos personajes incómodos: su hermano Daniel, el actual secretario de Finanzas, del que asegura, no es factor para un eventual apoyo de Palacio de gobierno a su postulación; y el PRI, el adversario que se vuelve aliado en este proceso electoral.
Linaje azul y blanco
El ex alcalde dibuja los atributos que piensa deberá tener el próximo mandatario estatal: decencia, capacidades y experiencia y amor por San Luis Potosí.
Luego, al hablar del proceso interno panista, que dice que es el que más le preocupa, Octavio Pedroza comenta que a sus correligionarios les diría: “yo sí tengo veintisiete años de militar en el PAN”.
Indica que se contrasta con otras alternativas, pero no las identifica porque jamás caerá “en el dime y direte de hablar mal de nadie”. Además, acota, “no es elegante”
Y con esa elegancia anónima, remata: “yo no me he cambiado de cachucha según el momento y la oportunidad. Que no estoy a la caza de ver dónde se me abre una puerta”.
Confiesa que ha tenido esas ofertas, “pero yo soy panista. He sido, soy y seré panista hasta el último día de mi vida”.
En caso de no salir electo, señala, mejor se iría a su casa
El erario y la personalidad
La afirmación da pie a preguntarle si, en caso de no resultar favorecido con la candidatura, no apoyaría al ganador.
Aclara y dice que se refería a que no se trataba de ganar por ganar y luego enfatiza que “sin duda alguna” apoyaría al ganador de la contienda.
Pero no evade poner condicionantes para ese reconocimiento: “yo lo que pediría es que el proceso sea legal, equitativo, justo y que se cuiden las manos en el ejercicio de los recursos públicos”.
-¿O sea, hay sospechas de que se están utilizando recursos públicos…?
-Creo que ahí está a la vista de todo el mundo. Basta ver cómo se están manejando algunas personalidades del propio partido
Pero de nuevo, por elegancia, no dice el nombre de quién se le viene en mente.
En todo caso, dice, se habla de algo que no va a ocurrir: “parto de un hecho: yo voy a ganar. O sea, que ese escenario no existe”.
El hermano incómodo
Sobre las cuentas que encuentre en Palacio, de ganar la gubernatura, el aspirante panista señala que actuará con apego a la ley en torno a la administración de Juan Manuel Carreras López.
Se le cuestiona la influenza que tendría la pertenencia de su hermano, Daniel, en el gabinete carrerista, como Secretario de Finanzas.
“Es mi hermano, y lo adoro. Pero adoro más la verdad y la legalidad” responde rápido.
Se le insiste en que si la cercanía de su hermana con la actual administración no lo hace el favorito del gobernador actual.
“No sé. Hay que preguntárselo a él”, responde. Si fuera el caso, indicó, se debería a “la capacidad, el colmillo, el talento de saber quién es el mejor y optar por la mejor alternativa”.
E insiste en la defensa fraterna: “que no se confunda: el lugar que ocupa Daniel Pedroza en la estructura del Gobierno del Estado no se la regaló nadie. Llegó por sus méritos”.
Y se declara lastimado cuando alguien supone que alguien pudo influir en los éxitos de la carrera de su pariente. “Me parece a nivel profesional está más que probado, le mereció ese nombramiento”.
El aliado incómodo
Al hablar de la alianza que unirá al PAN con el antiguo adversario priista en la próxima elección, Pedroza Gaitán no esconde el sentimiento, en otro momento, sentiría prurito hacia ella.
Pero hoy, dice, está dispuesto a encabezarla porque ha sido testigo de como en otros países, la cogobernabilidad entre fuerzas contrarias es posible.
Con ello en mente, pide madurez y apertura para entender que “ni de este lado estamos todos los buenos ni del otro, todos los malos, o viceversa.
Justifica los prejuicios que podía haberle causado en el pasado la alianza con los priistas: “me formé políticamente, hace muchos años, en donde se me decía que acá estábamos todos los dignos y allá todos los indignos. Acá los buenos y allá todos los malos. Y así me la llevé durante mucho tiempo”.
Ante los resquemores mutuos, asegura, hay sectores en el PRI y el PAN que se traslapan en una franja en la que hay grandes coincidencias.
Incluso, señala que ha encontrado coincidencias en los principios de doctrina y plataforma política de los dos partidos.
Pero también admite que a esos prejuicios, los desplazó también el pragmatismo: “hay que entender que el escenario político para 2021 nos obliga a encontrar coincidencias y buscar el bien superior, privilegiándolo sobre bienes menores, o el mal menor y el mal mayor”.
El Estado no soy yo
No esconde Pedroza Gaitán a quién considera el “mal mayor”, ese que para evitar que se consolide, justifica la unión con el adversario: la Cuarta Transformación.
“Veo con grave preocupación que llegara en San Luis Potosí la intención de replicar para nuestro estado una concepción política a la que se le denomina la 4T”, señala.
Concepto que, dice, a dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aun no termina de comprender.
Critica al presidente por presumir la paternidad de un movimiento, señalando que Hidalgo, Juárez o Madero jamás proclamaron serlo de los movimientos que encabezaron.
“Eso te lo da el juicio de la historia. Te lo da el tiempo”, señala.
Reitera su preocupación porque en San Luis se replique un gobierno de la 4T, a la que definió como “un modelo de concentración absoluto del poder, en donde hoy el titular del Ejecutivo por definición constitucional es quien detenta el control del Legislativo”.
Más alarma le provoca que el fenómeno se replique en el Poder Judicial, pues ya asoman los rasgos del autoritarismo.
“¿Qué quiere decir eso? El Estado soy yo. El Rey Sol. Luis XIV. El control absoluto en manos de una persona”, señala. Y advierte que eso en San Luis no puede permitirse.
Por ello, dijo que luchará para que en el estado, se abran otras rutas distintas a la de la 4T.
Un saludo no se niega
Luego, explica un reciente episodio polémico: su cruce, en la Huasteca, con un posible adversario por la gobernatura: el diputado federal del Partido Verde Ecologista de México, Ricardo Gallardo Cardona, con quien le envió “sus respetos” a su padre, el también ex alcalde Ricardo Gallardo Juárez, por su estado de salud.
Se le pregunta si en el saludo, no tuvo en cuenta el polémico pasado gallardista, que dejó 11 denuncias de la actual administración por diversas y cuantiosas anomalías.
Señala que no desestima las querellas, pero dice que aprendió en su casa que “por encima de cualquier otra cosa hay un concepto que se llama educación”.
En ese encuentro “casual”, dijo, lo que mostró fue educación y cortesía.
Se le insiste sobre su postura en torno a las denuncias. Responde que no las conoce y cuestiona: “¿quién soy yo para emitir un juicio sobre algo de lo que yo no tengo conocimiento?”
Indica que hay instancias que resolverán los asuntos, pero al apunte de que podría heredarlas si es gobernador.
“Será lo que tenga que ser. Con todo apego y en respeto estricto a la legalidad”, concluye.