La ola de calor que ha subido el termómetro hasta los 32 grados centígrados en la capital potosina, también subió en más del 50 por ciento la venta de toda clase de bebidas frescas en el Centro Histórico, principalmente aguas frutales, bebidas embotelladas, paletas y helados.
Esta circunstancia beneficia por igual a puestos informales y a locales establecidos. Los primeros, como algunos puestos de aguas frescas situados en la Plaza de los Fundadores, el pasaje Miguel Hidalgo o la calle peatonal de Ignacio Zaragoza, acaban rápidamente con su “stock” de tambos enfriados a base de hielo, pero esperan pacientemente a que las camionetas de sus organizaciones sociales les vuelvan a surtir producto.
En estos días, las aguas frescas más buscadas son las tradicionales de horchata, tamarindo, limón con chía y Jamaica, las cuales se venden en vasos de medio litro o litro completo, con precios que van de los 18 a los 35 pesos en promedio, aunque las hay más caras.
A su vez, los comerciantes establecidos compran más mercancía bebible en estos días y han tenido que usar parte de los pasillos de sus locales como espacio de almacenaje ante la gran demanda.
En su caso, lo más vendido son los sueros rehidratantes, los tés embotellados y el agua natural, seguido por los refrescos con gas y los jugos.
Por desgracia, este incremento en el consumo de bebidas refrescantes trae aparejada una mayor generación de basura, principalmente de plásticos desechables, con la que deben lidiar las autoridades municipales todos los días.