Una adecuación millonaria con recursos del Conahcyt permitió a la UASLP obtener el nivel BSL-3 en bioseguridad para el Laboratorio de Genómica Viral y Humana, certificado por autoridades de salud y control de enfermedades de los Estados Unidos.
El laboratorio opera en la Facultad de Medicina y tiene una trayectoria reconocida en investigación virológica y biomédica, con un anterior nivel BSL-2, todavía considerado básico en la escala de bioseguridad de 4 niveles. El nivel BSL-3 significa que cuenta con equipos de seguridad, protocolos de prácticas y un diseño de instalaciones que hace seguro operar agentes de alto potencial de transmisión, como el hantavirus, el SARS-CoV-2 y cepas peligrosas de virus.
Christian Alberto García Sepúlveda es el responsable del laboratorio y cabeza del proyecto que convenció a Conahcyt de invertir 40 millones de pesos en las adecuaciones para cumplir con los estándares del Instituto Nacional de Salud y del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, para obtener el certificado.
El doctor García Sepúlveda es SIN-II y trabaja actualmente en evaluar los riesgos de virus transmitidos por artrópodos, murciélagos y roedores (causantes de enfermedades como el Zika, el chikungunya, el hantavirus y el coronavirus).
El laboratorio también ha requerido una evaluación y registro del CISEN (Centro Nacional de Inteligencia), reveló el virólogo Andreu Comas García, integrante del equipo de Laboratorio de Genómica Viral y Humana.
Comas García expuso en entrevista telefónica que el proyecto es hacer investigación básica pero también prestar servicios de investigación preclínica, modelaje de pruebas y evaluaciones de virus para otras instituciones biomédicas y a la industrias farmacéutica, alimenticia y veterinaria.
“Tiene que ser polifacético porque si un laboratorio de este nivel de seguridad es caro de hacer, es todavía más caro de operar y de mantener”, expresó.
El laboratorio posee además equipos e instrumentos que puede rentar, como un robot con la capacidad de descontaminar áreas como quirófanos, laboratorios o clínicas. El aire del laboratorio no debe recircularse y un sistema de presurización mantiene una diferencia entre el suministro y extracción para evitar contaminación. Sistemas de esclusas y controles automáticos en las puertas también son parte de las características.
Una vez que el laboratorio inicie operaciones, después de su formal inauguración, queda cerrado al ingreso de personas ajenas al trabajo que ahí se realiza.