Poco a poco, los panaderos tradicionales comienzan a introducir sus diversas variedades de pan de muerto, en las que ya no solo utilizan los sabores de la naranja, como tradicionalmente se usa, sino algunas variedades al gusto que incluyen una diversidad de sabores, olores y texturas.
Gerardo Pérez Covarrubias, “El Panadero Chopper” explica que para modificar la receta se tiene que trabajar al gusto de los clientes y de ninguna manera, a un pan de muerto le afecta en su esencia ser el mismo, pero con otros ingredientes.
El pan de muerto lleva sabores característicos que no tiene ningún otro, ya sea en forma humana o en forma de calabaza, según como lo pidan los clientes que adornarán sus altares o lo consumirán. El alimento con su sabor peculiar que caracteriza a una mezcla deliciosa, inunda las colonias con el aroma a azar de naranja y el olor de los cempasúchil.
En la tradición mexicana, el pan de muerto es parte fundamental para ofrendar en los altares que cada familia hace para sus fieles difuntos.
Recordó que el pan de muerto simboliza una ofrenda para nuestros seres ya fallecidos y las variaciones en su elaboración son muchas, al grado que los panaderos artesanales elaboran los panes rellenos desde sencillos hasta los que van rellenos de nutella, crema irlandesa, chocolate y sabores exóticos como queso crema con fruta y nata.
Por creatividad, los panaderos tradicionales no paran y una muestra es la diversidad de sabores, que desde diferentes formas llega hasta las mesas.
y los hogares.