De la mayoría de los parabuses instalados en la ciudad para resguardar del sol y la lluvia a los usuarios del transporte urbano que esperan una unidad, ya solo quedan las estructuras de soporte porque han perdido parcial o totalmente los techos de acrílico. Además, han sido vandalizados y pintarrajeados.
El deficiente estado de este mobiliario urbano afecta principalmente a personas de la tercera edad y niños pequeños que acompañados de sus madres se exponen a los rayos del sol en temporada de calor. Si llueve, menos protección ofrecen.
En avenida Salvador Nava, a la altura de avenida Salk, los usuarios de camiones urbanos se agrupan bajo una estructura metálica residual sin techo, lo mismo ocurre en el paradero ubicado en avenida Industrias casi esquina con Dalias.
Sobre la avenida Industrias, en las intersecciones con las calles Topacio, Florencia y Primera Privada de B. Anaya, destacan por su precario estado otras estructuras más que sí tienen techo, pero éste está a punto de destruirse totalmente.
Norma, quien diariamente tiene que tomar camión para desplazarse a su casa en compañía de su pequeño de tres años, consideró que “es lamentable que no le den mantenimiento a estas estructuras, nosotros diariamente tenemos que esperar el camión de la ruta dos para llegar a nuestro domicilio y no tenemos donde resguardarnos”, señaló.
José, quien espera su transporte diario en Industrias esquina con Dalias, señaló que “en ocasiones me ha tocado ver que vienen personas de la tercera edad a esperar su autobús a pleno medio día, lo que hacen mejor es resguardarse en la pequeña sombra que da el arbolito ubicado aquí atrás”, concluyó.
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