En el segundo domingo del período de la “nueva normalidad” y en medio del semáforo rojo que establece el máximo nivel de riesgo para contagiarse por Covid-19, miles de capitalinos acudieron al Centro Histórico para distraerse, acudir a misa, realizar compras y pasear por las plazas públicas.
El pasaje Zaragoza o Hidalgo lució copado de padres de familia con niños y bebés, parejas, adolescentes y adultos mayores, pero a diferencia del fin de semana pasado, se visualizó que la mayoría utilizaba cubreboca de forma correcta.
Pese a que desde la federación se ha establecido que los templos religiosos no deben abrir, las iglesias católicas estuvieron abiertas por algunas horas, con filtro sanitario en la entrada, dotación de gel antibacterial y un cupo limitado de feligreses.
Tanto en los centros de oración y comercios diferentes giros considerados no esenciales, se observaron anuncios sobre el uso obligado de mascarilla, gel sanitizante y guardar la sana distancia entre las personas.
Previo a que iniciara la “nueva normalidad”, la Secretaría de Salud estimó que la movilidad aumentaría 30 por ciento por la reactivación de nuevas actividades,