Peligroso agujero en plena Zona Centro

Un pozo de visita se convirtió en una trampa rompe-pies, en la calle Francisco I. Madero en las proximidades con la calle Díaz de León del centro de la capital. 

Se trata de una vialidad reconstruida aproximadamente en 2007, pero que desde un principio ha sufrido varias averías que la ubican como una calle en constante deterioro por la calidad de los materiales de la época, y un diseño que facilita las condiciones para que se rompa la infraestructura.

Las calles construidas en esa época incluyen una superficie de rodamiento construida sobre una base hidráulica renovada, sustitución total de redes de drenaje y agua potable, envío a conductos subterráneos de las redes de energía eléctrica, transmisión de datos, televisión y telefonía además de una regeneración urbana.

Sin embargo, las banquetas revestidas de cantera fueron rematadas con algunos bloques que dejan un pequeño hueco horizontal a lo largo de la calle y el constante golpe de llantas de automóviles, rompe las orillas.

Con frecuencia, se aprecia el progresivo deterioro de otras piezas del equipamiento, tales como acometidas para redes de telefonía y tapas de pozos de visita para colocación de transformadores o uniones de redes de energía eléctrica, utilizadas para el suministro de alumbrado público.

Algunas de las tapas se rompen porque los automovilistas trepan sus vehículos a las banquetas y en otros casos, las tapas metálicas han sido objeto de robo. Hasta que se dan cuenta, empleados de las compañías prestadoras de servicio acuden a reponerlas. Mientras ello ocurre, el riesgo de accidente es constante.