Pasan los días y a pesar de que nos encontramos en temporada de la canícula, es decir, los calores más fuertes del año, ni las altas temperaturas disuelven la nata de contaminación que se ve desde las zonas altas de la zona urbana de la Capital potosina.
Precisamente, la contaminación es la que ha provocado reacciones de rechazo o de enojo, incluso de organizaciones civiles como Cambio de Ruta, que por años han dado seguimiento a los monitoreos, por considerar que la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental de Gobierno del Estado, no está haciendo su trabajo de monitorear y en su caso, establecer planes de contingencia.
Las organizaciones civiles defensoras del ambiente, han denunciado constantemente, que una parte importante de esa nata de humo tiene su origen en automóviles que circulan en gran volumen en la zona urbana, a pesar de la pandemia.
Los automovilistas abarrotan calles y avenidas, y frecuentemente no verifican sus vehículos que normalmente circulan y se encuentran en malas condiciones, los motores agonizan o no reciben mantenimiento frecuente, para evitar que el humo se vaya a la atmósfera.
Anteriormente, se suponía que la contaminación del aire se daba más en puntos neurálgicos tales como distribuidores viales o algunas zonas de embudo vial como la colonia Industrial Aviación, pero desde hace días, la nata gruesa se aprecia en toda la zona urbana.
Se trata de la contaminación ambiental que invade la ciudad, por encontrarse en el aire, y es la de mayor expansión.