Muy lenta se ha vuelto la actividad de combate a las ratas de cuatro patas que aparecen en la Plaza de Armas.
Los roedores siguen saliendo de sus madrigueras y también de tapas de pozos de visita de las alcantarillas más cercanas tanto a la Catedral como a los diversos edificios históricos de los alrededores.
Las ratas forman parte ya de la fauna cotidiana de la plaza y cruzan a temprana hora o un poco antes del anochecer y toman la plaza como el patio de recreo y de alimentación, puesto que centenares de potosinos dejan tirados residuos de alimentos mientras pasan por ahí.
El procedimiento ordinario que se realiza para acabar con las ratas consiste en la colocación de cebo encapsulado directamente en el interior de las madrigueras para que sea devorado por los animales.
Sin embargo, los peatones aseguran haber visto salir ratas de algunas alcantarillas rotas, mismas que se dirigen a las plazas para anidar en ellas.
Una vez que los roedores alcanzaron los jardines, su tránsito es cotidiano e incluso de día y en medio de la gente.