Las casas con dimensiones de 46 metros cuadrados cubren las necesidades básicas, en materia del inmobiliario mínimo que se requiere, por ejemplo, para una recámara, pero además en función del tamaño de la familia, opinó Lourdes Marcela López Mares, investigadora de la Facultad del Hábitat de la UASLP.
Externó que debería de existir mayor regulación en la construcción de vivienda de interés social, por ejemplo, ahora con los perímetros de contención de la Sedatu, el gobierno está tratando de incentivar a los desarrolladores en lugares mejor servidos.
“Hasta la fecha, que yo sepa, no hay legislación que les prohíba a ellos, sino es a través del uso de suelo, pero si solo se hace un cambio de uso de suelo, pues entonces ellos pueden construir donde quieran”.
En días anteriores, Janeth López Hernández, titular del Instituto de la Vivienda del Estado (Invies), justificó que es “normal” que las viviendas del complejo Ciudad Satélite midan 46 metros cuadrados.
Adujo que la tasa de natalidad o hijos por familia ha decrecido en el país, por lo tanto, este factor puede considerarse del porqué los espacios habitacionales han ido disminuyendo en los metros cuadrados.
Puntualizó que el desarrollo de vivienda pasó del ámbito gubernamental al privado, por lo cual, ahora los desarrolladores ejecutan obras bajo la lógica de mercado, es decir, intentan abaratar el costo, construyen en tierra más económica “minimizando, tanto la calidad de la construcción del metro cuadrado”, pero se acotan a las disposiciones oficiales.
Refirió que el número de metros cuadrados también está en función del costo de inmueble adquirido, por ende, más espacio implicará la generación de un impacto en el aumento del precio.
Externó que el tamaño de una casa no es la única limitante para la calidad de vida, ya que, por ejemplo, en Europa hay países donde los espacios son mínimos, pero hay suficiencia de los servicios básicos.