“La directiva quiere reducir la guerrilla a 500 personas y eso no se va a permitir”, sentencia Edgar Salinas, miembro de la Guerrilla, grupo de animaciòn (barra) del Atlético de San Luis.
Las barras conformadas por eufóricos aficionados han significado un elemento importante en la industria del fútbol mundial. En San Luis Potosí existe la llamada “Guerrilla”. Edgar es chofer potosino de 22 años, y es miembro de este grupo desde 2012. Ha asistido al Estadio Alfonso Lastras a contemplar las exhibiciones de los diferentes equipos de fútbol profesional desde 2003.
¿Con qué frecuencia vas a los partidos de fútbol?
Siendo locales, cada quince días. Igual de visita, si puedo viajar, me contemplo a viajar.
¿Por qué decides ir a los estadios y no verlo por televisión o internet, o escucharlo por radio?
No es lo mismo. Como integrante de la barra del equipo, lo veo de esta manera: me gusta hacer sentir al equipo que cuenta con nosotros; hacer notar que la gente de San Luis va a brindar todo su apoyo.
¿Cuál es tu rol, siendo parte de la barra?
Aliento al equipo. Hacemos los proyectos de bienvenida, planeamos eventos y nos cuidamos unos a los otros.
¿En qué consiste la planeación de esos eventos?
Por ejemplo, en una bienvenida al club: qué vamos a hacer, qué nos permite la directiva, qué necesitamos para ir al estadio, tener las banderas y los lienzos listos.
¿Cómo llegaste a la porra?
Fue cuando mi papá no tenía chance de llevarme al estadio por su trabajo. Entonces, me iba con mis amigos y pues vimos el ambiente, el relajo que se hace y nos gustó.
¿Con quién te dirigiste para ingresar a la porra?
Con nadie. Simplemente, compramos nuestros boletos en zona de porra, llegamos, nos pusimos ahí y poco a poco se nos fue reconociendo. No hubo algo de “déjame entrar a la porra”. A la porra tú entras, si tú quieres, pero caliente y apoyando.
¿Ensayan previo a los partidos, qué hacen?
Sí, con tambombos, trompetas y tarolas. Sí, se reúnen para ensayar las canciones. Si hay cánticos nuevos, se sacan las letras en papelitos y se entregan en la puerta del estadio.
Económicamente hablando, ¿todo corre por su cuenta?
Sí, cuando son proyectos grandes sí, pero no es obligatorio. Así como para la banda, también nos organizamos para ayudar a gente que se encuentra mala o apoyamos a comunidades humildes. No solamente hacemos colectas para nuestro desmadre.
“El Atlético de San Luis regresó en julio del 2019 al máximo circuito del fútbol mexicano, contabilizando uno de los mejores promedios de asistencia de la liga, con 21 mil aficionados por partido, respecto a su capacidad de 25 mil, y teniendo dos juegos de veto como local. Además, los precios por cotejo en el Estadio Alfonso Lastras rondan entre los 220 y 1500 pesos, lo cual es un poco excesivo”, detalla Edgar Salinas.
¿Cómo consiguen los boletos?
Los boletos nos los venden, pero la directiva nos facilita el no ir a formarnos a la taquilla.
Cuando van de visitante, ¿en qué les ayudan?
No nos ayudan en nada. Los pagos del autobús o del transporte, el boleto, comida y todo, corre por cuenta de cada una de las personas que van a viajar.
¿Tienen algún beneficio, como los abonados?
El único beneficio es el no formarse en las taquillas, incluso si vienen equipos importantes.
¿Cómo es su relación con la directiva?
La relación nunca ha sido buena: por los cambios de colores que se hicieron, y las medidas que han ido tomando en contra de nosotros. Sí, hay una relación, pero no es muy unida.
¿Por qué les parece mal el cambio de colores?
Nos parece mal porque los colores que representan a San Luis siempre han sido: azul y dorado. Entonces, la directiva llega a imponer los colores del equipo de España. San Luis ha mantenido sus colores por más de 50 años de fútbol profesional, y también nos representan a nosotros como afición, por eso el enojo.
¿Avisaron del cambio de colores?
Nomás nos dijeron: se van a cambiar los colores. No fue de considerar nuestra opinión.
¿Y si hubieran pedido una sugerencia?
Que no los quitaran, que respetaran los colores azul y oro, que son los que nos representan.
La inversión del Atlético de Madrid en una filiar en México -que en su momento jugaría en la División de Ascenso- causó una buena impresión en los aficionados, pues la ciudad no contaba con equipo de fútbol profesional. El estadio se encontraba prácticamente abandonado. Sin embargo, el tema de los colores, rojo y blanco, generó fuertes críticas de la afición, pero con el paso del tiempo se ha ido controlando la situación.
¿Quiénes son los líderes de la barra?
Hay dirigentes, ellos son los encargados de hablar con la directiva y de organizar las bienvenidas al club, algunos son: “Polo” (QEPD); él era el integrante de Pura Marihuana y principal líder de la Guerrilla. Quedaron menos como: pequeño Juan, Cholo, Negro, Gerita. Por mencionarte algunos.
¿Ellos son quienes les venden los boletos?
Sí, ellos le hacen saber a la directiva qué opinamos nosotros como barra.
Con el tiempo se han ido creando barras más atractivas que otras: desde los colores que portan, las banderas que ondean, el número de aficionados que la conforman y las acciones que desarrollan antes, durante y después de un partido de fútbol.
Aun así, este segmento de la afición se ha caracterizado por la violencia que promueven en las gradas, las drogas que se intercambian y los atentados que desarrollan. La Guerrilla no ha estado exenta de estos hechos. En los últimos años se han envuelto en polémicas por violencia contra aficionados de otros clubes como: Querétaro, Tigres, Necaxa, entre otros.
¿Les dan algún tipo de identificación?
No, no nos dan identificaciones. Hace poco, la directiva quería dar credenciales solo a 500 personas, para reducir a la porra, pero no se aceptó.
¿Por qué no las aceptaron?
Porque la porra del San Luis está conformada por 4 mil personas, más o menos. La directiva quería reducirla a quinientas, y no se permitió.
¿Por qué tomaron la medida de solo 500?
Esa medida viene desde arriba, de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) por el percance que hubo entre San Luis y Querétaro. La Federación empezó a mandar esas cartas para reducir la porra local y enjaularla, y nada de venta de cervezas, nada de eso. Pusieron una jaula, a la que nomás le caben 500 personas, la cual no fue aceptada y no la vamos a aceptar nunca.
¿La han utilizado?
Sí la utilizamos porque ocupa una parte de nuestra zona, pero no solo estamos ahí. Nos esparcimos por todo nuestro territorio. Pusieron butacas y hay gente que compra boletos para esa zona, simplemente nos paramos ahí, no los quitamos ni ellos nos quitan.
¿Qué opinas de las nuevas medidas de seguridad en el Alfonso Lastras: la reja para la barra local y la disminución de los asistentes a esta zona?
Están mal, la jaula porque es para 500 personas y somos más. Cuando lo que nosotros lo que hicimos fue defendernos en nuestro estadio. Todos vieron que la porra de Querétaro empezó el conflicto, y no recibieron ningún castigo por parte de la federación.
¿Por qué decidieron responder las agresiones?
Con la porra de Querétaro siempre ha habido una bronca, el clásico del centro. Nosotros vamos allá y la policía nos lleva a donde está la porra para apedrear los autobuses y buscar un conflicto. Aquí la policia protegió más a la gente visitante, es una bronquilla que tenemos.
¿Ni la presencia de niños pudo evitar el enfrentamiento?
Lo hicimos para defenderlos. Empezaron a agredir a las familias lanzando butacas. Hay códigos entre barras, y uno de esos es que las broncas siempre van a ser porra con porra, no familias, ellos son aficionados, no barra.
¿La policía les pidió ayuda?
La seguridad quería sacarlos del estadio y no podían. Fue cuando nos pidieron ayuda. Cuando fuimos a aquel lado del estadio nos agredieron a nosotros. Fue un mal manejo de la directiva, por dejar entrar a mucha gente de Querétaro. También tienen algo de culpa por lo que pasó.
¿Cuál debió ser el castigo para San Luis?
Nos vetaron dos partidos, a los de Querétaro también los vetaron y les valió. No era necesario reducir la gente con jaulas, si no pues tendrían que hacer lo mismo en la zona de visitante porque están en contacto con el resto de la aficion.
¿Qué opinas de la violencia en los estadios?
Este deporte es para que la familia vaya a presenciarlo, es un desestrés.
El conflicto no solo se da entre barras, también entre aficionados comunes que se les pasan las cervezas y eso no está bien.
¿Cómo se comportarán en los próximos partidos?
Pues iremos a apoyar, nosotros vamos a lo nuestro. Igual en los viajes que se vienen vamos a seguir con el apoyo, que es a lo que nos dedicamos, concluyó el aficionado al equipo local de la primera división profesional.