Sucursales bancarias de la zona metropolitana aplicaron algunas medidas para incrementar la seguridad de las personas usuarias de cajeros automáticos, como colocar barreras visuales (tarimas de madera) para que las y los clientes no puedan ser observados en sus operaciones.
Algunos de estos usuarios comentaron que estas medidas deberían ser permanentes y no sólo durante el evento comercial de El Buen Fin.
Un ejemplo de dichas medidas se pudo observar en las oficinas bancarias ubicadas en el cruce de la avenida Venustiano Carranza con la calle de Uresti, en el Centro Histórico de la capital, en donde se colocaron varias láminas de madera que impedían que las y los usuarios pudieran ser observados desde el exterior.
Durante mucho tiempo, en diversos espacios de comunicación, se ha abordado el tema de que los cajeros automáticos de los bancos no deberían estar tan a la vista de personas ajenas a las operaciones que en ellos se realizan, sino que deberían estar en áreas menos observables o incluso, estar dentro de cubículos individuales que cuenten con vidrios opacos o alguna otra medida similar de seguridad.
Por lo pronto, al menos en estos días y en la sucursal ya mencionada en particular, las y los usuarios de los cajeros se sintieron un poco menos expuestos a miradas indiscretas a la hora de realizar depósitos y retiros de efectivo.