“Justicia, para que nadie más sufra lo que yo sufrí... deberán pagar por lo que le hicieron a mi hija”, dijo Mary Jane Mendoza Peralta, madre de la Camila Roxana, quien a sus tres años de edad murió por la negligencia de personal médico del Hospital Básico Comunitario del municipio de Salinas de Hidalgo.
“Yo sé que ya no me la van a regresar, pero yo lo que quiero es que se haga justicia para que a otra familia no le pase lo que me pasó a mí, porque es un dolor tan grande que a nadie se lo deseo, que hagan todo lo posible para que esto no quede impune, como en aquellos casos en que los amenazan y ya no hacen nada y quitan el dedo del renglón porque los amenazan
“Pero yo no lo voy a hacer, que digan que tienen dinero a mí me vale; yo no necesito el dinero; lo que quiero es justicia para mi niña”, dice al pie de un pequeño altar con imágenes religiosas, donde colocó también la foto de su hija, en su casa en la comunidad de La Herradura, municipio de Villa de Ramos.
La humilde casa donde vivió Camila Roxana se ubica en la calle Manuel Ávila Camacho y consta de pequeños cuartos y un patio delantero protegido por una lona.
El primer diagnóstico de fallecimiento fue realizado en el Hospital Comunitario de Salinas y que se trató de muerte
por deshidratación.
Sin embargo, estaba viva.
El segundo diagnóstico de muerte, ocurrió después del primer velorio cuando se dieron cuenta que no esta-
ba muerta.
“Yo la vi respirar y moverse y la saqué del cajón”, dice Felícitas Martínez Galván, abuela
de Camila.
Explicó que mientras se encontraban en el velorio, vio que el vidrio de la cajita se encontraba empañado, y fue cuando tomó la determinación de abrirla.
“Me ganó la curiosidad, porque hacía movimientos y empañaba el ataúd, pero nadie se animaba a ver realmente la verdad”, agregó.
De nuevo fue atendida en el Hospital, pero la tardía atención terminó por truncar la vida de Camila.