Renta de películas, negocio en extinción

Señalan propietarios que vendedores de discos “pirata” representan la “estocada final”

Negocios de renta de películas, antes florecientes, están “cayendo como moscas” debido al irrefrenable crecimiento de servicios de internet como Netflix y YouTube, pero también por la competencia de “piratas” que operan hasta en locales fijos.

Sobrevivientes de las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, los establecimientos de renta de videos fueron condenados hace tiempo a una lenta pero segura desaparición en la capital potosina, al igual que en el resto del mundo.

Sus dueños lograron remontar el cambio de formatos, primero del VHS al CD, luego de éste al DVD y posteriormente al Blue Ray, pero en la última década la pérdida de clientes se incrementó hasta hacer insostenible el negocio.

El videoclub Galaxy 2000 de Santos Degollado 400 A, casi en esquina con Mariano Jiménez, ilustra la situación con su remate de películas, luego de que en su buena época llegó a tener hasta 12 sucursales, de acuerdo a su propietaria Martha Noval.

La llegada de los servicios de “streaming”, con un catálogo interminable de filmes y series, es uno de los principales factores en la desaparición de los tradicionales comercios.

Aparte, la proliferación de vendedores de discos “piratas” en tianguis, jardines y hasta en locales fijos, que ofertan películas baratas a un público al que no le importa la calidad ni la legalidad, constituye la estocada final para los videoclubes que muy pronto serán parte de la historia urbana.