Frente al vandalismo que no cesa en contra de monumentos del Centro Histórico de la capital potosina, autoridades municipales buscan reponer piezas de cantera robadas o dañadas, como es el caso de las “piñas” que rodean la Caja del Agua en el inicio de la Calzada de Guadalupe.
Una de ellas fue robada hace ya varios meses y ahora falta una segunda, sin embargo, la desaparición de esta última tiene una explicación.
La pieza, más que robada, fue enviada a la localidad de Escalerillas para que maestros canteros de ese lugar hagan un nuevo diseño quizás más grande o de una sola pieza con base, para que su hurto sea casi imposible de cometer.
De momento, sólo los pequeños tubos que servían de base a las piñas son visibles alrededor de la Caja del Agua o Conservera construida en el primer tercio del siglo XIX por Juan N. Sanabria, por encargo del gobernador de esa época, Ildefonso Díaz de León.
El monumento ha sido objeto de frecuentes reparaciones y remodelaciones de diversos gobiernos municipales debido a los daños causados por vándalos.
Otros monumentos del mismo corredor de la Calzada también han sido afectados por daños y robos, como el monumento dedicado a José María Morelos y Pavón, al cual le hace falta su espada, rota hace ya varios años, así como su placa metálica original de dedicatoria.
Otras cajas del agua, menos espectaculares que la primera, se hallan a lo largo de paseo guadalupano con poca protección contra el vandalismo y los riesgos de ser golpeadas por vehículos automotores.
En algunas partes del Centro Histórico, el actual gobierno de la capital realiza reposiciones de piezas de cantera similares con la idea de que la ciudad esté más “presentable” para la temporada de la Semana Santa.