La Fundación Renace presentó “Me dicen potro”, documental que visibiliza las injusticias de aquellos que se encuentran en prisión sin ser culpables, y por medio de un testimonio, revela irregularidades en la investigación penal, que llevan a detener a inocentes, sin que exista garantía de la reparación integral del daño causado.
Con la dirección de Julio César Ruiz y el guión de Juan Carlos Bernal, la historia de Alejandro Chávez “El Potro”, originario de León, narra el trabajo de un obrero de una empresa zapatera de León, quien en 2018 fue detenido por agentes de la Policía Ministerial de San Luis Potosí, y lo acusaron de ser copartícipe de un asalto a las oficinas de Interapas en 2018.
Julio explica que no necesariamente había confusión en su proceso, sino una mala investigación de la policía potosina. Él fue ingresado por una acusación de robo en una oficina de Interapas, y desde entonces, le causaron un daño permanente, porque se le estigmatiza por el solo hecho de que fue ingresado a una cárcel.
José Mario de la Garza explicó que a través de chismes e imprecisiones, la corporación integra una investigación que no tenía huellas ni cámaras.
“El Potro” fue acusado por los policías, y por un apodo se le imputó del robo en el Interapas.
Alejandro dijo que entre 4 y media y 5 de la tarde, salió de su trabajo, y un compañero le pidió salir, los abordaron ministeriales, le mostraron una fotografía, y lo detuvieron, en su condición de ser persona de escasos recursos y que no puede defenderse.
“No sabía si era una confusión o un levantón”, explica Alejandro Chávez, en el documental.
Precisó que ni siquiera le hicieron valer sus derechos, y encontró un escenario donde desde la detención hasta el clima penitenciario, no se sabía si saldría vivo, sobre todo por las condiciones en las que ocurrió un motín en el penal de La Pila.
Finalmente, y a raíz de los problemas de la investigación dolosa, de una eficiente actividad del defensor de oficio, y de datos cambiados por el ministerio público, “El Potro” recibió un sentenciado lotería el 10 de septiembre de 2020, en plena pandemia.
José Mario de la Garza explicó que las cárceles están funcionando en parte, para detener a inocentes, y no hay esquemas para la reparación del daño causado, y también para una incorrecta reinserción social de los detenidos, quienes son enrolados en la delincuencia organizada.