Se encuentra a la deriva la demolición del edificio que era propiedad de los trabajadores del Sindicato de Electricistas. Un conflicto interno entre sindicalizados dejó en suspenso las obras en el lugar y el edificio se convirtió en un nido de malvivientes. Vecinos del fraccionamiento Alamitos explican que los robos en la zona se multiplicaron, y lo atribuyen a que en el lugar se esconden los ladrones.
Sindicalizados trataron de vender al partido Morena el edificio, pero no lo compró, y tampoco alcanzaron acuerdos para reconocer a un propietario definitivo.
A lo largo del proceso en el que el edificio de la calle Pascual M. Hernández fue destruido cayó en abandono, algunos de los miembros del Sindicato de Electricistas ya eran de edad avanzada y poco a poco han fallecido, e incluso la división los llevó a mantener diferencias por el uso que se le daba al edificio, por ejemplo para hacer bailes o diferentes juegos.
Los vecinos precisaron que los electricistas formaron una comisión de trabajadores que a su vez nombró un administrador, que se haría cargo del inmueble.
Los vecinos aseguraron que las diferencias crecieron y alguien se adelantó y comenzó a demoler el inmueble, lo que provocó una serie de demandas que finalmente detuvieron el proceso.
Sin embargo, ahora los vecinos se quejan de que en medio de las demandas, los electricistas no pueden recuperar el edificio ni mucho menos terminar de demolerlo o en su caso reconstruirlo, y desde hace años es refugio de malvivientes "que traen el robadero por estas calles".