En pleno corazón de San Luis Potosí, "está mujer con su espíritu inquebrantable y a pesar de la edad y de enfrentarse a la vida desde una silla de ruedas, su devoción la lleva a la entrada del templo de San Francisco, donde alimenta alegremente a las palomas.
En una imagen que captura el lente de nuestro compañero Alberto Martínez, se revela su habilidad para atraer a estas aves, convirtiéndose en un espectáculo pintoresco en el siempre transitado jardín de San Francisco que rodea la entrada al templo en el primer cuadro de la ciudad de San Luis Potosí."