Han pasado más de 13 años desde que las vialidades fueron sometidas a reparaciones, y es fecha que el crucero de Uresti y Carranza permanece con su pavimento viejo, baches y el riesgo de que se rompa la tubería.
El crucero todavía cuenta con un acabado de asfalto que ha envejecido con las décadas, y provoca que los automóviles esquiven los baches o las protuberancias que ha formado la humedad, temperatura y pérdida de resistencia de la base hidráulica.
En la reparación y reconstrucción de pavimento de la calle Uresti, los constructores se olvidaron del crucero de Carranza, que ni siquiera tomaron en cuenta para concluir la pavimentación en condiciones transitables.
Luego, en el gobierno de Juan Manuel Carreras, el gobierno estatal sustituyó el pavimento de concreto hidráulico de la avenida Venustiano Carranza, pero nunca avanzó el trabajo hasta empatar el nuevo pavimento con el crucero curvo de conexión de Uresti y Reforma.
En el crucero, incluso los brocales de los pozos de visita se encuentran muy deterioradas porque no hay quien
las intervenga.