Luego de que hace un mes se disparó el índice de contagios en la zona, la organización de tianguistas que se instala frente al viejo Rastro Municipal de la avenida Ricardo B. Anaya, los comerciantes de frutas del Centro de Abastos y la ruta de tianguis de la avenida 20 de Noviembre, redujeron en forma considerable sus puestos y sólo dejaron los esenciales en los que aplican nuevas y más estrictas medidas de seguridad sanitaria.
En el tianguis de la avenida Ricardo B. Anaya sólo se instalaron oferentes de los giros esenciales, por ejemplo, de venta de alimentos, vendedores de quesos, verduras, abarrotes, cubrebocas y artículos de limpieza.
Ya desaparecieron del lugar los que venden ropa usada, objetos viejos y fierreros. Por fin aparecieron vecinos y comerciantes que ya usaban cubrebocas y recorrían a prácticas de toma de distancia.
En el caso del mercado de frutas y verduras del Centro de Abastos, los comerciantes contratados por los bodegueros iniciaron con medidas de prohibición de que los clientes toquen la fruta y la verdura. Ahora los propios oferentes son los que proporcionan la mercancía a los consumidores finales. Llevaron a sus puestos de venta gel antibacterial y portaron cubrebocas.
En el caso de los vendedores de frutas y verduras al menudeo, incluso se mostraron más estrictos con sus clientes que los comerciantes de la avenida Ricardo B. Anaya en las proximidades del rastro.
Los vendedores de Abastos designaron a una persona para atender directamente a los clientes y otra para cobrar. Los responsables de atender metieron las mercancías en bolsas, las pesaron y las entregaron a los clientes.