Ya es fin de semana y por lo pronto, el barrio de Santiago ya se llenó de banderines color violeta y blanco, para ambientar a los alrededores del Callejón del Buche y vecinos, como parte del escenario de celebración de los tradicionales altares de Dolores.
En la conmemoración número 128 de la celebración que reúne a los vecinos del barrio de Santiago, poco a poco empezaron a relucir los adornos de las casas, en tanto algunos afinaban detalles de los altares e imágenes de la Virgen de Dolores, tal y como lo hacen desde 1897.
Fachadas, recibidores, salas y zaguanes, retoman los colores blanco y morado, el blanco y el negro, y algunos recordarán con pulque y un trozo de buche, como que le dio nombre al callejón de la celebración.
Como parte central de la conmemoración de los Siete Dolores de la Virgen, en imágenes y papel de china y oropel, los vecinos tratan de representar cada viernes previo a la Semana Santa, el primer dolor de la virgen al escuchar la profecía de Simeón, el segundo cuando tuvo que escapar a Egipto con Jesús y San José, el tercero cuando teme perder a Jesús en el templo, el cuarto al encontrarse con Jesús en el camino al Monte Calvario, el quinto cuando ve a Jesús crucificado, el sexto al recibir el cuerpo de Jesús y El séptimo cuando
lo entierra.
Toda la calle Ignacio Manuel Altamirano, entre Damián Carmona y 16 de Septiembre, se viste de color porque sus vecinos se esmeran, no solo en presentar una conmemoración original, sino también en regalar un poco de nieve, agua o paletas a los visitantes.
Uno a uno, los detalles de cada altar deberán quedar listos para que aproximadamente a la una de la tarde comience el día de las visitas de miles de potosinos al Callejón del Buche.