De Japón a Rusia, la Alta Costura apuesta por el multicolor en París

PARÍS (EFE).- Los desfiles de la Alta Costura de París llegaron este jueves a su fin con las presentaciones del japonés Yuima Nakazato y la rusa Yanina Couture, que coincidieron en convertir sus colecciones en una explosión de color.

Yanina Couture mostró sus creaciones en uno de los salones de la Embajada de Rusia en París, desde la que lanzó un manifiesto de color y admiración por las estrellas de la Francia de los años 60.

Vestidos vaporosos con cola y vuelo o minivestidos ajustados y con transparencias con moños altos, maquillaje marcado en los ojos al más puro estilo Jane Birkin, Brigitte Bardot o Catherine Deneuve.

La paleta de colores fue la del arcoíris, que para la diseñadora representa "una oda a la libertad" y a las mujeres audaces, "graciosas y vibrantes".

Desde minivestidos realizados a base de minivolantes multicolores hasta combinaciones de tres colores llamativos en un mismo estilismo de falda y chaqueta bolero, la creadora rusa confesó que su intención era convertir a las modelos en "hadas" con piezas románticas, voluminosas y ligeras.

Un atrevimiento por el color al que también se animó el creador japonés Yuima Nakazato, que se inspiró en las quimeras y otros animales fantásticos transformados hoy en modelos con pelucas de colores y trjes de gasa plisados en negro con golpes de color.

Nakazato se salió de los vestidos de princesa que suelen protagonizar la pasarela de Alta Costura para recrear prendas a medio camino entre lo urbano y lo fantástico.

En su trabajo, el diseñador usa tejidos de colecciones anteriores o que ya han sido previamente reciclados, aunque sigue produciendo tejido para las prendas que llevan reproducciones de estampados teñidos a mano.

El desfile abrió con una versión actual del kimono con un bordado multicolor, como si fueran llamas de fuegos, que según explicó el diseñador a Efe fue realizado por una costurera de 80 años con la que trabaja y que los realiza con máquina de coser, siguiendo una técnica ya en desuso.

Los kimonos fueron acortándose para transformarse en chaquetas de vuelo sobre pantalones negros con asimetrías de colores, vestidos tipo chaleco, capas y túnicas totalmente desestructuradas con juegos de volantes y dibujos de dragones.

"La última colección hablaba más de la tierra, ahora quería hablar de la tierra y el cielo y usar múltiples colores en dibujos que ilustré yo mismo en telas y bordados", añadió Nakazato, de 37 años y graduado en la prestigiosa Real Academia de Bellas Artes de Amberes, en Bélgica.