l Para montar el altar se utilizan mesas y cajones, pues tradicionalmente se debe elaborar en tres niveles recordando las tres caídas de Cristo en el Vía Crucis.
l Se coloca una cortina blanca, o de algún otro color en referencia con la cuaresma, el luto, la sangre de Cristo, o la pureza de María.
l En el nivel más alto del altar se pone el cuadro o la imagen de la Virgen de los Dolores y sobre ella un crucifijo.
l En los diversos niveles del altar se ponen siete naranjas agrias recordando el dolor de la Virgen por la muerte de Cristo, con banderitas en oro o plata que simbolizan al sol y la luna: Cristo y María, respectivamente.
l Se ponen semillas o espigas de trigo recordando a la Eucaristía y doce velas o cirios al pie del altar o dispersos para recordar a los doce apóstoles.
l Se ponen lámparas de aceite que se encienden recordando que Cristo es la luz.
l En la parte de abajo se hace un tapete con semillas y serrín pintado, por lo general con el monograma de la Virgen, o con el corazón traspasado con los siete puñales, o algún dibujo en alusión a la pasión.
l También se ponen flores como las rosas, por ser María la rosa mística; las azucenas o flores blancas por la pureza de la Virgen; flores rojas que recuerdan la sangre de Cristo; flores moradas que recuerdan la cuaresma y el luto de la Virgen.
l En algunos lugares también se pone un espejo, símbolo de María, Espejo de Justicia.
l Es común ver adornados los altares con papel picado en diversas formas, en especial simbolizando los Dolores de María, y por lo general el papel es de color blanco, morado o negro por el luto de la Virgen.