¡NIÑOS SENSIBLES!

DEBEN APRENDER A MANEJAR SUS EMOCIONES

La sensibilidad es una cualidad con la que se nace y, quien la posee, es capaz de relacionar todos los hechos de su vida cotidiana con sus sentidos y sus emociones.

Puede entenderse como la facultad de experimentar impresiones físicas, y esto es una función que corresponde a los nervios.

Se relaciona directamente con el proceso psíquico de la percepción y con la facultad de sentir vivamente y, desde este punto de vista la sensibilidad, está en conexión con los procesos afectivos.

AMADOS Y VALORADOS

Los niños sensibles necesitan sentirse amados y valorados.

Son especialmente sensibles al amor de sus padres y logran ser disciplinados rápidamente al predecir su enfado.

EMPÁTICOS

Conectan más con sus emociones, las reconocen y expresan y, al mismo tiempo, al ser más empáticos suelen ser menos agresivos con sus iguales y les resulta más difícil defenderse, ya que cuando se sienten heridos se quedan inmovilizados y les resulta más difícil responder.

SUFRIMIENTO

Son hipersensibles a la crítica y al juicio social. Sufren el rechazo de los demás intensamente y son capaces de predecirlo al analizar con facilidad los elementos del lenguaje no verbal, como la postura del cuerpo o la tensión de la mandíbula. 

AYUDA DE LOS PADRES

Los padres pueden ayudarles:

Estimulando la comunicación asertiva. Ayudándoles a poner límites en sus relaciones sociales y enseñándoles a decir “no quiero”. 

Ayudándole a desdramatizar los problemas o situaciones sociales para no hacer de las dificultades una tragedia. 

Fomentando su seguridad en sí mismo, estimulándole para que exprese sus opiniones o ideas con naturalidad. 

Incentivando el desarrollo de estrategias para defenderse.

EVITAR

Qué evitar con un niño sensible:

Situaciones que no pueda manejar o que excedan a sus habilidades. 

Si aún no ha alcanzado la madurez suficiente para enfrentarse a determinadas circunstancias, verá disminuidas sus posibilidades de hacer se competente.