Uvas de la felicidad

Tradición que se origina en el siglo XX

Ya sean verdes o rojas, las uvas no deben faltar en la mesa de la última cena del año.

Dicen las viejas tradiciones que será de buena suerte comer 12 uvas al ritmo de las campanas, ya que cada una significa un deseo.

La costumbre tiene su origen en el año 1909, cuando la extraordinaria cosecha de uvas de esa temporada llevó a los vinicultores españoles a repartir el excedente y alentar el consumo para atraer la buena suerte.

Se sabe que, en esos años, a principios del siglo, había hambre y por tanto hablar de excedentes era arriesgado, teniendo en cuenta, además, que las cosechas de uva por entonces eran pequeñas.

También se sabe que era difícil llegar a fin de año con una fresca por lo que si se dio en abundancia y se comenzó a ver como algo de la buena suerte.

COSTUMBRE

La implantación de esta costumbre, es exclusiva de nuestro país, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a intereses económicos.

En la Nochevieja de 1909 los cosechadores de uva tuvieron una gran producción de esta fruta y para deshacerse de tanta uva inventaron el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.

La tradición de tomar las doce uvas, también llamadas uvas de la suerte, el 31 de diciembre a la media noche, se remonta a principios del siglo XX, sobre el año 1909.