Al iniciar el nuevo año, el Banco Mundial (BM) dio a conocer sus nuevas perspectivas económicas, documento en el cual se pondera que la economía global está próxima a batir un lamentable récord a fines de 2024: los cinco años con el menor crecimiento del producto interno bruto (PIB) de las últimas tres décadas.
Para México, el organismo espera que el crecimiento se atenuará hasta el 2.6 % en 2024 frente al 2.5% que preveía en octubre del año pasado.
En tanto que para el 2025 el PIB podría avanzar 2.1%, como consecuencia de la caída de la inflación y la disminución de la demanda externa.
Afirmó que en el 2023, México registró un crecimiento mayor al esperado tanto en el consumo privado como en la inversión.
Con lo anterior, nuestro país destacó en la región junto a Brasil, pese a que América Latina y el Caribe experimentó una significativa desaceleración económica, con un crecimiento de solo el 2.2 %.
Explicó que esta desaceleración se produjo en el contexto de una elevada inflación, condiciones monetarias restrictivas, debilidad del comercio mundial y fenómenos meteorológicos adversos.
El Banco Mundial dio a conocer que las perspectivas económicas de la región sugieren una recuperación gradual, con un crecimiento proyectado del 2.3 % en 2024 y del 2.5 % en 2025.
Estableció que si bien los efectos persistentes de la restricción monetaria previa continuarán influyendo en el crecimiento a corto plazo, se espera que su impacto se atenúe.
Se prevé que a medida que la inflación disminuya, los bancos centrales bajarán las tasas de interés, lo que reducirá los obstáculos al aumento de la inversión.
LOS RIESGOS
Dentro de ese contexto, el BM alertó que la modesta expansión regional prevista está expuesta a múltiples riesgos.
Indicó que la escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, podría perturbar los mercados energéticos y provocar un alza de los precios del petróleo.
También, los fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por el cambio climático, representan amenazas adicionales, en particular para los sectores sensibles al clima, como la agricultura, la energía y la pesca.