NUEVA YORK (EFE).- Boeing anunció este viernes que ralentiza la producción del modelo 737 MAX accidentado en Etiopía e Indonesia de 52 a 42 mensuales, para hacer frente a la pausa en las entregas de las aeronaves y priorizar recursos para resolver los problemas de software que adolecen sus aviones.
"Con una producción de 42 aeronaves al mes, el programa del 737 y los equipos de producción relacionados mantendrán su actual nivel de empleo mientras continuamos invirtiendo en la mayor salud y calidad de nuestro sistema productivo y cadena de suministros", afirmó el consejero delegado de la aeronáutica estadounidense, Dennis Muilenburg, en un comunicado.
Muilenburg aseguró estar trabajando "de cerca" con sus clientes para mitigar el impacto de estas medidas, así como con los proveedores para minimizar la disrupción operativa y el impacto financiero de su cambio en la tasa de producción.
Estas medidas se suman a las ya anunciadas de resolver el problema de software en los 737 MAX que provocó el accidente de las aeronaves, así como un programa piloto de formación para pilotos y material adicional para los usuarios de sus aviones.
Las primeras investigaciones sobre el siniestro de un 737 MAX 8 en Etiopía el pasado 10 de marzo, que causó 157 muertos, muestran que la tripulación siguió todos los procedimientos de seguridad, pero no pudo desactivar el software de control automatizado que hizo descender a la aeronave.
Al parecer, los pilotos reencendieron el sistema automatizado, conocido como MCAS, que sirve para evitar el estancamiento del avión, y utilizaron interruptores eléctricos para intentar elevar el morro, pero al activar el sistema este continuó impulsando el aparato hacia abajo.
Por otro lado, Muilenberg anunció también la creación de un comité encargado de revisar las políticas corporativas y los procesos para el diseño y desarrollo de sus naves, del que formará parte, entre otros, el Almirante Edmund Giambastini, antiguo vicepresidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor estadounidense.
"El comité confirmará la efectividad de nuestras políticas y procesos para asegurar el mayor nivel de seguridad en nuestro programa 737 MAX, así como nuestros otros programas aéreos, y recomendar mejoras a nuestros reglamentos", afirmó Muilenberg.
"La seguridad es nuestra responsabilidad y nosotros lo asumimos. Cuando el MAX vuelve a los cielos, hemos prometido a nuestros clientes y sus pasajeros y plantillas que serán tan seguros como cualquier aeronave que haya volado nunca", prometió el máximo ejecutivo de la compañía.