Al señalar que estas aeronaves no tripuladas lograrán consolidar su participación en el manejo del campo en 2018, el directivo destacó que las ventas de drones podrían repuntar en los próximos meses, pese a que existe el temor por la llegada de una legislación que regule su uso e imponga restricciones para garantizar la seguridad del espacio aéreo.
La agricultura de precisión, explicó, demanda el uso combinado de software, hardware y recursos humanos para sobrevolar los cultivos de manera rápida y, al mismo tiempo, obtener información detallada sobre su estado de salud, hidratación, crecimiento e incluso la aparición de plagas.
Todo esto es posible porque las pequeñas aeronaves están equipadas con tecnología de última generación, como GPS y sensores.