Buenos Aires, 5 ago (EFE).- MercadoLibre se convirtió en un gigante del comercio electrónico y de los servicios financieros digitales, por lo que ahora uno de los "principales focos" de la empresa argentina con presencia en 18 países de Latinoamérica es no volverse un ministerio, sino "seguir siendo un gigantesco start-up", pese a tener más de 45 mil empleados.
Así lo reconoce su director financiero (CFO), Pedro Arnt, en una entrevista con EFE: "Tratamos de ser un poco un laboratorio organizacional".
"Es una combinación de una cultura muy fuerte y muy arraigada que incentiva el error, incentiva la toma de riesgo, trata de no burocratizar demasiado las cosas y también un trabajo constante de admitir que van a surgir brotes ministeriales y poder reaccionar muy rápido para cambiar eso", explica Arnt, uno de sus fundadores en 1999 y CFO desde 2011.
La firma destacó en su difusión de los beneficios del segundo trimestre -un neto de 262 millones de dólares (+113 % interanual)- que ese desempeño demuestra "la capacidad de su modelo financiero" a "medida que el negocio escala", después de que en 2022 obtuvo un beneficio neto de 482 millones de dólares, 480 % por encima que en 2021.
DESAFÍOS
MercadoLibre se convirtió en una tecnológica que ofrece todo un ecosistema de soluciones y superó los 108,6 millones de usuarios activos al 30 de junio pasado, con un aumento interanual del 29 %.
Arnt niega la posibilidad de que MercadoLibre se convierta en un monopolio: "Lo que a mí me hace dormir mal a la noche es que seguramente hay cinco chicos en un garaje, ahora, en algún suburbio de Buenos Aires o del (México) DF inventando algún tipo de 'app' o producto o proceso que puede perfectamente revolucionar el 'e-commerce' y desintermediar a MercadoLibre".
El CFO explica que los desafíos son "seguir construyendo una red logística que el consumidor cada vez exige que sea más rápida y más barata", ya que mientras que casi el 60 % de lo que se compra en MercadoLibre tiene el envío gratis, un 40 % aún no.
Otro desafío es seguir innovando en la "experiencia de compra", ya que hay categorías en la que todavía tiene "mucho por crecer", como en moda, indumentaria o belleza.
Su plataforma de soluciones financieras, Mercado Pago, "todavía tiene mucho por construir" en términos de productos que "ayuden a ahorrar" y que sean "adecuados" para consumidores de la aplicación, muchos de los cuales nunca han tenido relación con un banco.
Con la mirada puesta en el primer cuarto de siglo de la compañía, que cumplirá el 2 de agosto de 2024, Arnt explica que "los próximos 24 años debería tener mucha más de disrupción en el mercado financiero, generando más y más inclusión a través de Mercado Pago", a la espera de "replicar" en la región el éxito que la plataforma tiene en Argentina.
El CFO adelanta que habrá un relanzamiento del programa de lealtad y anuncia una expansión a nuevas categorías, como Mercado Play, plataforma de contenidos de 'streaming', sin cargo pero con publicidad, cuando ya había incursionado en la venta de seguros.
La diversificación "no es el fin en sí mismo", explica Arnt, sino que se debe a la "constante búsqueda de encontrar qué más hacer" por los usuarios.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
MercadoLibre ve "un enorme potencial en todo lo que es la inteligencia artificial (IA)" y más, específicamente, los modelos de lenguaje LLM, que ya ha empezado a aplicar internamente.
Los modelos de fraude y riesgo crediticio "hace muchos años" que corren con la IA y MercadoLibre "está en camino" de utilizarla en aplicaciones para el consumidor, como un recopilador de reseñas de productos en la plataforma, que filtre los mejores y los peores comentarios de los usuarios para ayudar con una compra.
"Eso hace que la compra en MercadoLibre se vuelva mucho más eficiente y mucho más práctica", porque "voy a poder decirle a MercadoLibre 'estoy por hacer mi primer viaje de esquí, recomendadme la lista de compras'", ejemplifica Arnt, quien agrega que las aplicaciones de IA que está por usar MercadoLibre "son inocuas".
Respecto de lo que puede pasar con la IA "sin ningún tipo de regulación, ningún tipo de control", es "un debate filosófico extremadamente válido" y "hay un rol para el Estado", señala Arnt, quien, no obstante, recuerda que "es una temática súper compleja" porque, en su opinión, "lo que suele suceder es que hay un exceso de regulación que mata a la innovación".