Ciudad de México.- A pesar de la reforma judicial y otros cambios estructurales que se aprobarán, Moody’s sigue viendo a México con grado de inversión, pero hay preocupaciones e incertidumbre por el deterioro fiscal, debilidad en el crecimiento económico y la presión del apoyo a Pemex.
En el evento anual Moody’s Inside Latam México, el analista soberano para el país de la agencia, Renzo Merino, ve poco probable una baja en la calificación, actualmente en el rango de «Baa2» con perspectiva estable.
“Un cambio brusco en la calificación es poco probable sin un choque material que afecte el perfil crediticio. Para poner en contexto eso solo ocurrió en la pandemia”, señaló el analista.
Para una pérdida del grado de inversión, indicó, se tendría que tener un deterioro institucional mayor y que las perspectivas macroeconómicas sean débiles.
Hace un año, comentó, la expectativa para el país aún era buena, pues se esperaba que la llegada de empresas extranjeras detonara una mayor inversión y crecimiento económico, impulsada por el nearshoring.
Sin embargo, destacó que muchos de los anuncios de inversión o proyectos no se han materializado, al tiempo que surgieron preocupaciones en el ámbito político después de las elecciones presidenciales y los cambios esperados por la próxima administración.
El nuevo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum enfrentará un rompecabezas fiscal, ante el elevado apoyo a Pemex y presiones en el gasto por programas sociales, alertó ayer la agencia.
Roxana Muñoz, analista de Moody’s para Pemex, señaló que la petrolera podría requerir hasta 20 mmdd en apoyo gubernamental en 2026 debido a su delicada situación financiera.