Argumentos

“La democracia es el gobierno
del pueblo, por el pueblo
y para el pueblo”
Abraham Lincoln

A mitades del siglo XIX, nuestro vecino del norte, los Estados Unidos libraba la llamada guerra de secesión, una guerra civil que libraron los Estados del norte contra los del sur, una de sus causas más importantes fue la abolición de la esclavitud, es decir, un ideal de antidiscriminación que visualiza un mundo en donde todos somos iguales.
En este marco es donde se dice, que su entonces Presidente Abraham Lincoln definió a la democracia como forma de gobierno, pero ¿qué implican las preposiciones “del”, “por”, y “para” el pueblo? Sin duda sus respuestas son hartamente complejas, de momento, quiero centrarme en la tercera de ellas, ósea, el “para”, según el diccionario indica el destino de algo, en este caso, el destinatario es el pueblo, pero, subyacentemente debe existir un motor de la acción dirigida, lo que refiero es que necesariamente hay “alguien” que mueve ese “algo” cuyo destinatario es el pueblo.
Ese “alguien” develado no es más que el gobierno, precisamente en el siglo XIX las democracias adquirirán popularidad (frente a las monarquías) pero, lo harían bajo el esquema de la “representatividad”, lo que con el tiempo llevará a la gestación de un grupo gobernante, que terminará siendo autónomo e independiente, de quien se supone era su razón de ser, ósea, el pueblo. Desde luego, no es mi intención desarrollar aquí el tema de la evolución de la burocracia (véase a Weber) basta con resaltar, este modelo derivó en lo que se conoce como democracia procedimental o electoral, la que en algunos lugares llevó al abuso de utilizar sólo al pueblo para elegir al grupo gobernante cada periodo de votación, y, no volverlo a requerir hasta la próxima jornada electoral.
Guste o no, el modelo se ha agotado, hoy contamos con una población cada vez más madura e interesada en los asuntos públicos, que está presta a decir “de viva voz” como quieren que se hagan las cosas, por eso, vemos cada vez más, que se tiene que recurrir a las audiencias o foros de consulta. En San Luis Potosí ciertamente tenemos, desde hace 20 años, una ley que regula el plebiscito y el referéndum, incluso algunos lo dicen con motivo de orgullo, sólo un pequeño detalle, y es que no se usa, que esta de adorno, porque teníamos una clase local gobernante tecnocrática, es decir, se las sabían de todas a todas.
Pero los tiempos han cambiado, decía, y cada vez más la población está harta de que le den atole con el dedo, de que el gobierno simule y no se canse de simular, por otra parte, el gobierno no sabe gobernar junto a su pueblo, porque no está acostumbrado a eso (por los intereses o razones que sean) así es, que toda esta lógica simuladora nos ha llevado a no desarrollar un musculo esencial para la democracia, “el debate público de las ideas”, aquel escenario en donde se confrontan puntos de vista; aclaro, debatir no significa quien grita más fuerte, o quien trae más porra, sino quien tiene mejores argumentos, cuando menos en ese momento, pues, como diría Bobbio, las verdades sociales se explican en un tiempo y en un espacio.
A principios de año, en San Luis Potosí, sucedió un lamentable hecho en la que un perro llamado Miguel perdió la vida, esto detonó que se alzaran las voces de los animalistas (defensores de los animales) como sabemos, el Dip. Pedro Carrizales hizo suya esta proclama, presentando una iniciativa de ley para proteger a los animales del maltrato, sólo que incluyó también a los toros de lidia y a los gallos de pelea, empero, existen tradiciones generacionales que algunos sectores de la sociedad consideran culturales, la intención de este artículo no es analizar el fondo del asunto, sino el canal de discusión.
Ayer los diputados Carrizales, Villareal y la dip. Mendoza escucharon las voces de los llamados “taurinos y galleros”, las sociedades (y la potosina no es la excepción), seguirán teniendo puntos internos encontrados, en puridad de la teoría democrática, ni ello está mal, ni es inusual. Las sociedades tienen canales democráticos para dirimir estos desencuentros, los cuales, no son otros que las audiencias y foros de debate público, siempre públicos, y, sobre todo no simulados, donde se valoren las razones de los argumentos, me parece, que los mayoriteos ya pasaron a la historia o debieran estar pasando, no lo cree usted.
Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.

carloshernandezyabogados@hotmail.com