Con los dedos cruzados

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Mañana concluye uno de los episodios más vergonzosos de la vida pública potosina, protagonizado por la más corrupta, ruin, demencial y miserable de cuantas legislaturas hemos tenido. Se ha despedido en grande.

Digeríamos apenas el alucinante espectáculo de Desfassiux y El Tekmol enloquecidos en el salón de plenos cuando viene el petista Belmares a exhibir su vocación de pordiosero y luego la sesión clandestina de ayer.

Salvo unas poquísimas excepciones, los integrantes de la LXI Legislatura que mañana concluyen su mandato se van cobijados en la impunidad, esperanzados en la desmemoria popular y algunos todavía con la expectativa de ser reciclados.

Impedir la impunidad, evitar el indulgente olvido y cancelar las reinstalaciones en el servicio público, son tareas que quedan en manos de organizaciones de la sociedad civil y de los medios de comunicación más responsables, pues en ninguna instancia gubernamental se aprecia el mínimo interés por ajustarle cuentas a esa veintena sobrada de pillos voraces, payasos dementes y ladrones de cacahuates.

El desempeño de la diputación que se va ofrece elementos sobrados para el análisis reprobatorio, pero en esta coyuntura de transición es preferible ocuparse del futuro. En esta perspectiva, lo primero que asalta es el temor de que resulte cierta esa conseja popular de que “la peor legislatura es la siguiente”. Ojalá y no. Hay que cruzar los dedos.

Si nuestros próximos diputados quisieran rápidamente marcar distancia con la nauseabunda herencia de sus antecesores y no arrancar su mandato en medio del repudio popular, hay unas pocas cosas que pueden hacer de inmediato.

A saber:
1.- Establecer sus ingresos reales dentro de los parámetros indicados en la nueva ley de austeridad que ya fue presentada en la Cámara de Diputados y que seguramente pronto será aprobada.

2.- Desaparecer el pretexto de la gestoría para embolsarse ilegalmente dinero público. Para cualquier diputado es prácticamente imposible sustraerse al papel de gestor, porque sus electores se lo demandan, pero una cosa es gestionar la dotación de servicios públicos; tramitar descuentos en los hospitales, solicitar la activación de trámites burocráticos o conseguir becas, y otra muy distinta recibir mes a mes 40 mil pesos para Gestoría Institucional y quedárselos mediante el uso de facturas falsas.

3.- En relación con la anterior, quienes de entre los nuevos legisladores traigan el insano propósito de duplicar o triplicar sus ingresos legales mediante el uso de facturas apócrifas para “comprobar” apoyos a todo tipo, gastos por sus informes anuales, prestación de servicios profesionales para cursos de capacitación, etcétera, etcétera, harán bien en tener presente que ya está en el Congreso de la Unión una iniciativa de ley que declara delito grave justamente el uso de facturas falsas.

Esto quiere decir que quien sea acusado de ese ilícito, no podrá salir libre bajo fianza y enfrentará penas más severas que hasta ahora.

4.- Ignorar el despropósito ese de introducir como elemento de calificación del desempeño diputadil el número de iniciativas que presenten.

Esto es una verdadera tontería. La labor de un diputado debe calificarse a partir de parámetros como la pertinencia, trascendencia, calidad y utilidad de las leyes que aprueba o reforma, sea de quien sea la iniciativa correspondiente; del buen cumplimiento de su responsabilidad de fiscalizar el manejo de los recursos públicos; de su trabajo poco lucidor en comisiones; de su respeto por la tribuna y el resto de sus compañeros, por su transparencia en lo que corresponda, y por su comportamiento en general.

La mala idea esa de otorgar calificaciones por el número de iniciativas que se presenten -con independencia de su calidad y valor- lo único que ha propiciado es una avalancha de propuestas, muchas de ellas francamente disparatadas, y la acumulación de un rezago absurdo. Se ha dado origen a una epidemia de “iniciativitis” que ningún beneficio real le significa a la población y se complica el buen trabajo legislativo.

5.- Poner fin radicalmente a la mala práctica de negociar con el Ejecutivo partidas presupuestales a disposición de cada diputado supuestamente para la ejecución de obras de beneficio colectivo, que en la práctica han sido la fórmula para los famosos “moches”, que no son otra cosa que una forma de corrupción galopante, y

6.- Introducir pronto las reformas necesarias en su ley orgánica y reglamentos para efecto de que quienes falten sin causa justificada al trabajo legislativo, sobre todo en comisiones donde el ausentismo puede ser motivo de retrasos injustificados, sean objeto de sanciones efectivas. Las económicas son las que más les duelen, pero igual pueden introducirse los extrañamientos o amonestaciones públicas.

Ojalá nuestros nuevos señores diputados aprendan de los errores ajenos y no repitan los muchos y serios que cometieron sus antecesores. Y bien harán en estar conscientes de que el margen de tolerancia popular es cada vez menor.

ABOLLADURAS A LA CORONA

El capital político y el nivel de aprobación popular de la dupla AMLO-Morena sin duda son enormes, pero no inagotables. A reserva de que más adelante algunas mediciones puedan aportar precisión sobre los daños sufridos, por ahora es obvio que su acuerdo con el PVEM para el trasvase de diputados y para aprobar la solicitud de licencia de Manuel Velazco ha tenido sus costos, quizá los más altos hasta ahora.

Por encima de los que en su momento representaron las candidaturas de Napoleón Gómez Urrutia y Néstora Salgado, la designación al gabinete de Manuel Bartlett y la acogida favorable a la liberación de Elba Esther Gordillo.

Aunque oficialmente se insista en que la aprobación de la licencia de Manuel Velazco para dejar el Senado y regresar a Chiapas como Gobernador interino de sí mismo, y el traslado de cinco diputados Verdes a la fracción de Morena para darle mayoría absoluta en la Cámara de Diputados son dos eventos inconexos, es una píldora imposible de tragar. Es un arreglo en paquete.

Ciertamente, como ya varios analistas lo han señalado, ese tipo de arreglos son bastante frecuentes en la política parlamentaria, no sólo en México sino en prácticamente todo el mundo. Es verdad, pero aquí lo que provoca rechazo es que hayan incurrido en esa práctica el partido y el líder que prometieron no hacerlo; los que ofrecieron una forma distinta de hacer política.

Lo dijo con dureza Jesús Silva-Herzog Márquez el lunes pasado, en su columna en el periódico Reforma: “Si la prostitución de la legislatura merece crítica no es porque se aparte de la tradición, sino porque la continúa”. Y agregó: “El futuro se parece mucho al recuerdo. La oferta de comienzo ético queda, desde el primer momento, en ridículo”.

Hay, sin embargo, un aspecto no abordado -hasta donde hemos podido ver- en la Comentocracia: Aún si no hubiera habido la transacción licencia-diputados, para la mayoría morenista en el Senado habría sido muy difícil negar su aprobación a la solicitud de licencia de Velazco, toda vez que dentro de escasos dos meses y medio por lo menos media docena de connotados senadores por Morena estarán corriendo exactamente el mismo trámite para irse a despachar al Gabinete lopezobradorista.

Cito de memoria: Olga Sánchez Cordero, que irá a la Secretaría de Gobernación; Alfonso Durazo, a la restablecida Secretaría de Seguridad; Norma Rocío Nahle, a Energía; Germán Martínez Cázares, al IMSS; Gabriel García Hernández, a la Coordinación de Programas Sociales en la Oficina de la Presidencia, y Delfina Gómez Álvarez, a la representación presidencial en el Estado de México.

Cualquier argumento que Morena hubiera esgrimido en el Senado para no aprobar la licencia del nuevamente gobernador chiapaneco, se le habría revertido al momento de que Sánchez Cordero y compañía soliciten sus respectivas licencias.

Visto así, pareciera entonces que si de cualquier manera Morena tenía que votar con su mayoría por conceder la separación de Velazco, vio la oportunidad de sacarle provecho y meter en las jugada el cambio de camiseta de los cinco diputados del Tucán.

El politólogo José Antonio Crespo, siempre mesurado y con frecuencia simpatizante del proyecto lopezobradorista, escribió también el lunes en El Universal: “Al parecer lo que le molestaba a AMLO de los ‘Alcahuetes y lacayos de la mafia’, es que no estuvieran a su servicio”.

COMPRIMIDOS

El pasado 31 de julio los nueve alcaldes electos con las siglas del PRD fueron convocados a una “reunión de trabajo” por el dirigente estatal perredista, Juan Ignacio Segura Morquecho. Al evento, en el hotel Panorama, asistieron siete de los convocados. Ahí los esperaban los diputados electos Ricardo Gallardo Cardona,

Emmanuel Ramos Hernández y María Isabel González, así como la senadora en ciernes Leonor Noyola, y el ex Director de Desarrollo Social del Ayuntamiento, Juan Manuel Navarro.

El mensaje central fue que en sus municipios había que llevar a cabo un intenso “trabajo social” para ampliar sus bases electorales; que debían implantarse o ampliarse, según el caso, los programas de reparto de despensas y garrafones de agua; tortillerías con descuento y otros por el estilo.

Y que para lograr que el dinero rindiera más, todas las adquisiciones inherentes a esos programas deberían hacerse en forma consolidada, con un solo proveedor por ramo, y que de pura casualidad el Gallardísmo ya tenía identificadas a las empresas correspondientes.

Al salir, uno de los alcaldes resumió: “Estos cabrones quieren ser nuestros únicos proveedores de todo para seguirse hinchando. No entienden”.

Finalmente las tres fracciones mayores en el Congreso Local tienen a sus coordinadores: La coalición Morena-PT-PES con sus nueve diputados, se inclinó por el joven Edson de Jesús Quintanar; el PAN, con sus seis legisladores, optó por Rolando Hervert Lara, en tanto que el PRI con sus cinco posiciones ya se había decidido por Mauricio Ramírez Konishi.

Las minifracciones del PVEM (2) y del PRD (2) serán coordinadas por “Nalgapronta” Ochoa y el grisáceo Emmanuel Ramos Hernández.

Lo de Edson se resolvió porque en ausencia de consensos, se optó por lo que dispone la ley: el de mayoría que más votos haya obtenido, que de hecho fueron los mismos criterios que favorecieron a Mauricio.

En el PAN pesó la decisión de la dirigencia a cargo de Xavier Azuara. A “Nalgapronta” le cayó su ridícula coordinación por ser de mayoría relativa, y a Emmanuel porque eso dijo Ricardo Gallardo.

Fue hasta el martes al atardecer cuando la ASE entregó los oficios que permiten iniciar el proceso de entrega-recepción en el Ayuntamiento de la Capital, al designar al personal que intervendrá en el mismo.

Si todo va bien, será entre hoy y mañana que se inicien los trabajos correspondientes. Todo, con un retraso innecesario.

Hasta el próximo jueves.