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Convivir con el miedo

Por Francisco Salazar Soni

Junio 30, 2022 03:00 a.m.

A

¡Ya nos cayó el chahuistle! 

El miedo se caracteriza por la ausencia de seguridad, en términos generales toda inseguridad inherente al ser humano generará miedo. Una persona insegura de sí misma es medrosa en su conducta diaria, será desconfiada de todo y de todos. 

Ahora, el miedo al delito puede ser real o imaginario. “Vivir sin miedo”, involucraría toda una percepción social y cultural del fenómeno miedo, que va más allá de dimensiones psicológicas, emocionales, materiales y sociales. Porque, aunque no existan peligros latentes por ser imaginarios, el miedo si es real en un gran sector de la sociedad, en su individualidad como en su colectividad.

El miedo y su sensación es una construcción, y ¿Qué creen? Tiene que ver con la desairada “percepción de inseguridad”. A mayor percepción de inseguridad mayor es el miedo al delito, no importa que no existan los “peligros”, en el hoy cotidiano de los ciudadanos, simplemente es percepción de inseguridad.

Mire, el 58.9% de los mexicanos sentimos que la inseguridad es nuestro principal problema, muy por arriba del desempleo o la salud. Le tenemos más miedo a la inseguridad que a quedarnos sin trabajo o a enfermarnos. 

¿Cómo nos enteramos de la inseguridad? Según INEGI, Fuentes de consulta de información sobre seguridad pública (experiencia) En marzo de 2022, 63.2% de la población de 18 años y más consultó los “noticieros en televisión” para informarse sobre la seguridad pública, el narcotráfico y la violencia, 55.5% se informó por medio de Facebook, 55.1% mantuvo “comunicación personal en el entorno de la vivienda” para dicho propósito y 21.9% a través de “internet”.  

No precisa el ciudadano de a pie de cuentas falsas en WhatsApp o Twitter que emitan “fake news”, para saberse inseguro. Entonces, lo que vemos y oímos, “haiga sido como haiga sido”, nuestra respuesta al miedo será necesariamente autónoma, se activa involuntariamente, no de forma consciente.

Y así ingresamos a lo que toda sociedad miedosa le puede suceder: Huir, defenderse, inmovilizarse y sumisión. Huir, es una forma de desplazamiento por la inseguridad, los que pueden salen del país, otros de entidades federativas, cambio de zona domiciliaria y otros acaban encerrados en fraccionamientos privados. La defensa, las más de las veces la movilización de las masas para “hacerse justicia por propia mano”, grupos paramilitares, guardias blancas, escoltas y guardias privados, y últimamente la adquisición de armas de fuego. La inmovilización junto con la sumisión, representan la pérdida total de la sociedad a vivir sin miedo ante la inseguridad, el miedo paraliza y victimiza más. 

El Dr. Mark Warr en su libro: “Fear of Victimization and Sensitivity to Risk”, asevera que el miedo al delito afecta prevalente y severamente a mayor número de personas que la propia delincuencia real. El miedo al delito nos hace cambiar, nos enclaustramos, nos protegemos con alarmas sonoras, cámaras, con luces detectoras de movimiento, con perros, candados y rejas. Lo peor, nos perturbamos, nos estereotipamos nocivamente, agresivamente y aceleramos el rompimiento de las redes informales del control social, deteriorando a la comunidad. 

TAPANCO: INEGI nos da una pequeña muestra del miedo mexicano al delito: En lo que va del año el 55.8% de la población, manifestó que modificó sus hábitos respecto a “llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito” por temor a sufrir algún delito. También, 48.4% reconoció haber cambiado hábitos de “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche”, 46.5% modificó rutinas en cuanto a “permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda” y 30.3% cambió rutinas relacionadas con “visitar parientes o amigos”.

Y usted estimado lector ¿Qué tan acobardado vive el día a día?

Francisco.soni@uaslp.mx

Twitter: @franciscosoni