El más allá

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“Quítate las medias”. Las palabras se escucharon en la penumbra de la alcoba. Y luego: “Quítate la blusa. Quítate la falda. Quítate el brassiére. Quítate la pantaleta.”. Finalmente la esposa a su marido: “Ya te he dicho muchas veces que no te andes poniendo mi ropa”... Aquel domingo la señorita Peripalda iba a examinar a los niños del catecismo en presencia del Obispo. Les preguntó: “¿Qué hicieron los hijos de Noé cuando lo vieron tirado en el suelo y dormido por causa de su embriaguez?”. Al punto contestó Pepito: “Lo caparon con una tapa”. “Pepito -lo reconvino la catequista-. Yo dije: ‘Lo taparon con una capa’”… Doña Panoplia de Altopedo y su esposo don Sinople hicieron un viaje de turismo a Escocia. Ella tenía interés en conocer al monstruo de Loch Ness y él quería tomar whisky “directamente de la chiche de la vaca”, según manifestó solemne. Al primer escocés que vio ataviado con su kilt doña Panoplia le preguntó, curiosa: “¿Qué lleva usted abajo de su falda?”. “Señora -respondió el sujeto-, mi tartán indica que pertenezco al clan McDonald. Abajo llevo una Big Mac”… Don Pachucho, señor de edad provecta, le comentó tristemente a su mujer: “Creo que me veo demasiado viejo”. Preguntó la señora: “¿Por qué lo dices?”. Explicó el señor: “Pedí en la cafetería unos huevos tibios 3 minutos y me hicieron que los pagara por adelantado”... Pirulina llevó en su coche a Babalucas al solitario y romántico paraje llamado el Ensalivadero. Ahí le preguntó en tono insinuativo: “¿No quieres ir al asiento de atrás?”. “No -contestó el pavitonto-. Tendríamos problemas para platicar, yo en el asiento de atrás y tú en el de adelante”... Don Chinguetas se topó con un antiguo compañero de colegio a quien hacía muchos años no veía. Le dio tanto gusto verlo que lo invitó a su casa. Ahí le ofreció: “¿Una copa?”. Declinó el amigo: “No, gracias”. “¿Una cerveza?”. “No, gracias”. “¿Un café?”. “No, gracias”. En eso entró doña Macalota. Le dijo don Chinguetas a su invitado: “Mi esposa”. Y dijo el tipo de inmediato: “Sí, gracias”… Susiflor le preguntó a Lilibel: “Tu novio ¿cree en el más allá?”. “Pienso que no -declaró ella-. Sólo me pone la mano en el más acá”... El gendarme Nesteroso le informó a su superior: “Decomisé 10 kilos de mariguana”. “Quémelos” -le ordenó éste. “Muy bien, jefe -contestó Nestoroso-. Pero me voy a tardar unos seis meses ¿eh?”... La apasionada chica le dijo a su galán: “¡Si me besas otra vez seré tuya para toda la vida!”. Respondió él: “No exageremos. Dime qué debo hacer para que seas mía solamente este fin de semana”... Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, salió esa noche con una linda joven de nombre Dulcilí. Al día siguiente le preguntó un amigo: “¿Cómo te fue anoche?”. “No muy bien -repuso, mohíno, el seductor-. Le pedí ya sabes qué y me dijo una mala palabra”. El otro se sorprendió. “Conozco a Dulcilí -manifestó-, y no la creía capaz de eso. ¿Qué mala palabra te dijo?”. Respondió Pitongo: “Me dijo: ‘No’”… Un charro le comentó a otro: “Mi caballo es un genio. Repara”. Objetó el otro: “Todos los caballos reparan”. Replicó el charro: “¿Computadoras?”… Terminó el primer trance de amor en la suite nupcial. El enamorado novio le dijo a su dulcinea: “¡Te amo terriblemente!”. “Es cierto -contestó ella-. Pero con la práctica lo irás haciendo mejor”… Tres amigos solteros se aburrían los domingos. Propuso uno: “Deberíamos aprender a jugar golf. Para eso se necesitan sólo unos bastones, una pelotita y un hoyito. Si se deciden yo pongo los bastones”. Dijo el segundo: “Yo pongo la pelotita”. Manifestó el tercero: “Y yo no juego”. FIN.

MIRADOR.

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Historias de la creación del mundo.

El Señor hizo al ornitorrinco.

Le puso pico de pato.

Patas de ganso.

Cola de castor.

Le dio cuerpo muy grande y patas muy cortas.

Lo hizo ser mamífero.

Y sin embargo la hembra pone huevos.

El Espíritu vio al ornitorrinco y le preguntó al Señor:

-¿Por qué hiciste esa criatura tan extraña?

Respondió Él:

-¿Qué no tienes sentido del humor?

¡Hasta mañana!... 

MANGANITAS.

Por AFA.

“. Mucha gente recurre a las hierbas curativas en vez de a las medicinas de patente.”.

Aunque no sé de esas cosas

me gustan las cuentas claras:

las hierbas son menos caras.

 (También menos peligrosas).