¿Qué explica el regreso de la derecha en Latinoamérica?

Claramente, América del Sur se pinto de celeste, la derecha hilvano triunfos en Argentina, Chile, Perú, Colombia y Brasil, que se conectan en el tiempo con la administración de Donald Trump. El siglo XXI la región estuvo caracterizada por los gobiernos denominados marea rosa: Chávez, Lula, Néstor, Cristina, Evo, Tabaré, Correa, Lugo, Bachelet, Dilma y Mújica implementaron políticas progresistas con distintos resultados. Sin lugar a dudas el mayor acierto fue haber sacado a millones de latinoamericanos de la pobreza extrema, atender la cuestión social. Definitivamente, el error es la corrupción sistemática, pasiva y activa de los distintos actores políticos.
Comencemos por explicar los elementos externos. Puede afirmarse que la izquierda democrática debió romper y denunciar la deriva autoritaria en Nicaragua y Venezuela, ¿cómo es posible que el PT de Lula suscribiera la ultima declaración del Foro de Sao Paulo? El ascenso de la derecha Latinoamérica concuerda con la ola de populismo de extrema derecha en Estados Unidos de Norteamérica y Europa (Hungría, Polonia, Austria, por mencionar algunos).
Exactamente, el gobierno norteamericano esta de vuelta en la región. Es un hecho. Esta interviniendo e imponiendo agenda. En la administración de Ronald Reagan se le llamó roll-back (enrollar hacia atrás), recuperar el terreno político en América Latina. La socióloga Tatiana Coll identifica las características de la nueva derecha: corrientes religiosas fundamentalistas, grandes empresas de comunicación, círculos de pensamiento geopolítico denominados thinks tanks, filósofos neoconservadores, chicago boys, denunciar el peligro de las fronteras, reducir el Estado al mínimo y anular todo tipo de pensamiento crítico.
Hay otro aspecto: lawfare, la persecución judicial y mediática de los políticos de la izquierda regional. Los lideres que progresistas del siglo XXI llegaron democráticamente al poder, combatieron la ortodoxia económica del mercado. Lula fue enjuiciado sin pruebas y siendo primer lugar en las encuestas, con esto pierde legitimidad la victoria de Jair Bolsonaro, y mucho mas con la designación del juez Sergio Moro como ministro.
Pasemos ahora a los elementos internos. Precisamente, la corrupción explotó en los gobiernos de izquierda, el electorado se canso; decepcionado y enojado realizo un voto de castigo. Las políticas públicas implementadas crearon consumidores, que al ascender a la clase media aspiran una vida mejor, en consecuencia, apoyo a la derecha. Los gobiernos de la marea rosa fallaron en la disputa del sentido común. No construyeron una nueva hegemonía cultural. Y, por ultimo, el crecimiento de iglesias evangélicas, cristianas y neopentecostales.
Tratando de encontrar las claves del regreso a la derecha acudí al pasado inmediato. Revise entrevistas, en especifico los documentales que realizó Jordi Evole, periodista catalán, quien dialogo con Mujica, Rafael Correa, Evo Morales y Nicolás Maduro. A excepción del Pepe, ex presidente uruguayo, ninguno ejecuta un ejercicio de autocritica a sus gestiones. Correa culpa a los organismo internacionales de la catástrofe ecuatoriana, él negocio la deuda externa. Para Evo, la izquierda debe nacionalizar todos los recursos naturales. Pepe aceptó que no cumplió su programa, denuncia el infantilismo de la izquierda y pide que se libere a los presos políticos en todos los países.
Lamentablemente, no emergieron nuevos liderazgos. La izquierda deberá defender la institucionalidad, ser oposición responsable, aliarse con los movimientos sociales. Concluyo mencionado que México a contra ciclo giró a la izquierda, López Obrador tendrá que hablar con todos, ser un faro democrático, es el rol histórico de AMLO: brotar como líder progresista de América Latina.
Cierro esta colaboración con un reflexión de Pepe Mújica para la revista Caras y Caretas, “la sensibilidad hacia el dolor de lo más débiles no es moderno. Es tan vieja como el hombre en la Tierra. Ha estado en una lucha permanente. Por eso esta ola reaccionaria va a fracasar, nunca va a triunfar definitivamente, por que la nuestra tampoco la nuestra tampoco triunfa definitivamente. No hay derrota porque tampoco hay triunfo definitivo. La lucha es ir sumando escalones a favor de la civilización humana. Creíamos que luchamos por el poder, en realidad nuestra lucha es por mejorar el contenido de esa herencia que se llama ‘civilización’.”

Twitter: @francotiradort1
Mail: liclopezmonsivais@gmail.com

israel lópez monsiváis /
Política y Administración Pública