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Lima, Perú.- Asediado por señalamientos de corrupción de la oposición y llamados a que dimitiera, Pedro Pablo Kuczynski anunció el miércoles su renuncia a la presidencia de Perú en medio de reclamos a sus enemigos políticos de impedirle gobernar.
Por la noche su sucesor, el primer vicepresidente Martín Vizcarra, rompió su silencio y dijo a través de su cuenta de Twitter desde Canadá, donde ejerce el cargo de embajador, que retornará a Lima para ponerse a “disposición del país, respetando lo que manda la Constitución”.
Si bien la salida de Kuczynski aún debe ser confirmada entre el jueves y viernes en una reunión del pleno del Congreso, Vizcarra dijo estar «indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos» pero que tiene la «convicción que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante».
La dimisión de Kuczynski se produjo un día antes de una votación clave en el mismo Parlamento en la que los legisladores debían decidir si lo destituían tras acusarlo de corrupción y a tres semanas de la Cumbre de las Américas, a la que están llamados todos los líderes de la región.
Acompañado de su gabinete, Kuczynski dijo en un mensaje televisado que los ataques a su gestión se presentaron “desde el primer día “ y eso creó un clima de ingobernabilidad que hizo “enorme daño al país y no permite avanzar”. Aunque no los mencionó por nombre, el exbanquero señaló como responsable a la “mayoría legislativa”, la cual es encabezada por Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori.
El último capítulo del drama político que llevó a la abrupta renuncia de Kuczynski ocurrió el martes cuando la fuerza política de Keiko divulgó de forma sorpresiva videos en los que se observa aliados del aún mandatario presuntamente intentando comprar votos en el Congreso para evitar su destitución.
Kuczynski, de 79 años, abandonó el palacio presidencial por la puerta trasera hablando por teléfono celular y rodeado de un pequeño grupo de asistentes que lo aplaudieron y abrazaron antes de subirse a una camioneta con vidrios polarizados.
Por la noche su sucesor, el primer vicepresidente Martín Vizcarra, rompió su silencio y dijo a través de su cuenta de Twitter desde Canadá, donde ejerce el cargo de embajador, que retornará a Lima para ponerse a “disposición del país, respetando lo que manda la Constitución”.
Si bien la salida de Kuczynski aún debe ser confirmada entre el jueves y viernes en una reunión del pleno del Congreso, Vizcarra dijo estar «indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos» pero que tiene la «convicción que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante».
La dimisión de Kuczynski se produjo un día antes de una votación clave en el mismo Parlamento en la que los legisladores debían decidir si lo destituían tras acusarlo de corrupción y a tres semanas de la Cumbre de las Américas, a la que están llamados todos los líderes de la región.
Acompañado de su gabinete, Kuczynski dijo en un mensaje televisado que los ataques a su gestión se presentaron “desde el primer día “ y eso creó un clima de ingobernabilidad que hizo “enorme daño al país y no permite avanzar”. Aunque no los mencionó por nombre, el exbanquero señaló como responsable a la “mayoría legislativa”, la cual es encabezada por Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori.
El último capítulo del drama político que llevó a la abrupta renuncia de Kuczynski ocurrió el martes cuando la fuerza política de Keiko divulgó de forma sorpresiva videos en los que se observa aliados del aún mandatario presuntamente intentando comprar votos en el Congreso para evitar su destitución.
Kuczynski, de 79 años, abandonó el palacio presidencial por la puerta trasera hablando por teléfono celular y rodeado de un pequeño grupo de asistentes que lo aplaudieron y abrazaron antes de subirse a una camioneta con vidrios polarizados.
