“Los discursos políticos tienen argumento patético”

En San Luis Potosí la tradición oral educa con el terror. En Sonora, con el humor. Rescatando las narraciones populares de carácter formativo moral es que el profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UASLP Manuel Pérez, ganó el Premio Extraordinario de Doctorado 2018 de la Universidad de Zaragoza, tras una investigación de ocho años.

“Los discursos políticos tienen argumento patético”

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Hace ya varios lustros, Manuel Pérez recorría comunidades rurales de Sonora recopilando las narraciones jocosas de la región conocidas como “charras” para con ellas elaborar su tesis de licenciatura. Es muy poco probable que tuviera entonces al menos la sospecha de que estaba iniciando una prolongada tarea que lo llevaría a defender hasta una segunda tesis de doctorado.

Muy probablemente, tampoco imaginaba que dicho esfuerzo le permitiría ganar el Premio Extraordinario de Doctorado 2018 de la Universidad de Zaragoza, en España, una distinción de gran importancia curricular no sólo en la nación europea sino a nivel internacional.

El anexo del documento premiado -el cual en su versión completa tiene más de 900 páginas de extensión- se convertirá en un libro que aparecerá a finales de este año y que será publicado por la editorial Iberoamericana como parte de su colección Parecos y Australes.

La tarea que empezó con una recopilación de relatos orales directamente de su fuente: los hombres del campo, permitió al investigador detectar en dichas narraciones ecos de textos literarios medievales europeos, principalmente españoles, pero también algunos de tradiciones de otras culturas aparentemente tan lejanas como de la India.

¿Cómo era posible? Responder tal pregunta requirió años de labor de investigación.

LOS RELATOS JOCOSOS
Recuerda el doctor Pérez que su tesis de licenciatura la dedicó al cuento popular humorístico de Sonora conocido como “charra”.

“Estaba interesado en responderme la pregunta ¿para qué la gente cuenta cuentos? La respuesta es que los cuenta para resignificar su existencia. Básicamente la función nodal del cuento es ordenar la experiencia cotidiana a través de una serie de pequeños valores que se incardinan ya sea al personaje, al contexto o a la conclusión”, explica.

Recuerda que se encontraba corrientemente en Sonora con que los ancianitos de comunidades rurales de áreas remotas se sabían un montón de cuentecillos que -por su carrera- sabía que eran muy viejos, y que incluso estaban incluidos en libros como El Quijote, el Libro del Buen Amor o en El Conde Lucanor. Es decir, que se trataba de textos de orígenes medievales y que venían en libros hindúes que habían sido traducidos en la Edad Media al ámbito europeo.

“Yo decía: ‘pero estos viejitos no saben leer, ¿cómo les llegó esto?’, y con esa pregunta me fui a El Colegio de México. Ahí descubrí la Retórica y supe que una de las posibilidades de ilustración de una verdad eran precisamente a través del uso de estos cuentos que los latinos llamaron ‘exemplum’ y los griegos ‘paradigma’”.

Narra que se le ocurrió entonces buscar textos retóricos de la época colonial, principalmente en sermones, para ver si era posible encontrar el uso de dichos cuentecillos por los predicadores, “y efectivamente encontré un montón de los motivos que constituían los cuentos que yo había recogido en Sonora”.

Explica que los rétores antiguos tenían muy claro que todo discurso tenía que ser argumentado y probado. Los discursos políticos de ahora -contextualiza su narración- “tienen argumento de carácter patético, pero no lógico ni ético, que es la trilogía posible. Tú puedes probar la verdad o crear la ilusión de verdad con afirmaciones o con medios emocionales, que es el argumento patético y que instiga temor, amor o deseo por algo, aunque no convenzas al escucha” expone.

En el caso de los ejemplos, agrega, “estamos hablando de formas de argumentación retórica que tienen que ver más con la ilustración que con la prueba porque la prueba fue transitando más bien al ámbito de la dialéctica y de la lógica, hacía la filosofía. La retórica y la literatura se tuvieron que conformar con mostrar, no tanto con demostrar”.

Explica que el ejemplo como narración, según la definición de Aristóteles, es traer de fuera de la causa algo similar a ella que por comparación la ilustre o la muestre. “Como traer un relato de la vida de Sansón para probar un aspecto de la fortaleza de la Iglesia. No tiene nada que ver realmente, pero se parecen por fuerza o traer un ejemplo popular como el de Juanito y el lobo para demostrar el carácter pernicioso de la mentira, para eso eran los ejemplos y de ahí nació mi interés”.

-Los predicadores tenían como colecciones de ejemplos, ¿no?
-Si, ejemplarios. Uno de los más celebres era el “Magnum speculum exemplorum”. La predicación era una actividad muy importante en esa época porque era el modo de la perpetuación de la ideología, ni más ni menos y en la Colonia era el modo en que se podía justificar ideológicamente la invasión armada y la explotación de recursos. Hay que recordar que la bula del Papa Borgia a los reyes de Castilla y Aragón señalaba que el permiso de exploración del Nuevo Mundo era para evangelizar de modo que la gran justificación era la evangelización y por lo tanto el discurso religioso era fundamental.

Luego, para la pacificación y el ordenamiento social en el siglo XVII, cuando ya la Conquista estaba consumada, había necesidad de organizar la vida social por la vía de la introducción de hábitos de ciudadanía a la población y ahí los predicadores fueron los educadores. Es decir, la predicación fue fundamental en ese contexto.

-Este pensamiento, el planteado en los cuentos, ¿persiste en el colectivo mexicano?

-Sí. Justamente esta tesis que hice en El Colegio de México tuvo como base un sermonario jesuita que me permitió encontrar ciertos ecos de los cuentos que yo encontraba en Sonora. La Compañía de Jesús evangelizó el noroeste de México. El padre Kino y los demás de la compañía eran horacianos. Es decir, ellos tenían la convicción de que había que educar divirtiendo y por ello incorporaron un montón de cuentecillos jocosos para ilustrar verdades morales profundas y eso se ve en la tradición oral más pujante que existe en Sonora que es la charra.

El cuento de carácter jocoso ha conformado un modo de enfrentamiento de la población a sus inclemencias de existencia, las climáticas, las sociales y el aislamiento respecto al centro que siempre ha sido fue un problema para la población del septentrión.

En la tesis que ganó el premio amplié la investigación hacia el uso retórico del ejemplo en la Nueva España en discursos religiosos con una pequeña hipótesis de trabajo que asumía la pervivencia de los géneros retóricos de la antigüedad clásica en las nuevas formas de la textualidad religiosa novohispana.

BUENOS SÚBDITOS
Explica el especialista que los discursos deliberativos buscan transformar el futuro vía acciones del auditorio. El sermón, sobre todo el de carácter moral, estaba constituido al modo de los discursos deliberativos y tenían, por supuesto, un montón de afinidades con el discurso político porque los jesuitas proponían formar más que un buen cristiano, un buen súbdito.

Pérez agrega que el discurso panegírico es en esencia alabanza y vituperio y este se puede encontrar en crónicas religiosas, en donde buena parte el discurso no es historiográfico sino propagandístico.

“Luego está el discurso judicial que yo lo encontré en unos documentos muy oscuros que son los tratados sobre extirpación de idolatrías que es el último reducto textual del combate ideológico. Son textos muy fuertes que están llenos de ejemplos de horror”.

Narra que al llegar a San Luis siguió trabajando en la tradición oral y por ello ha salido un poco al Altiplano. “Lo que más encuentro son cuentos de horror lo que en un principio podría indicar que estamos frente a una didáctica muy distinta a la que impartieron los jesuitas. Es una tendencia diferente, educar con el terror y eso también conforma una mentalidad y conforma vocaciones sociales frente a los escenarios políticos y frente a los escenarios pedagógicos”.

LA CORRUPCIÓN, USO Y COSTUMBRE
El doctor Pérez señala que los ejemplos usados como parte de los sermones dejaron huella y no poca en el modo de pensar de los mexicanos. “Con (el estudio de) los relatos se pueden rehacer muchos de los usos y costumbres de nuestras poblaciones, incluso un uso y costumbre tan vigente como la corrupción”.

- Que no era mal visto.
- Estaba muy institucionalizada desde que el rey para nombrar funcionarios para el Nuevo Mundo, para los virreinatos, lo que hacía era vender el cargo desde el Virrey y de ahí para abajo a todos. No era una compra directa, pero sí se exigía que pagaran.

Estaba perfectamente institucionalizado y no había ningún problema ético. ¿Qué pasaba? Que cuando llegaba aquí el Virrey hacía exactamente lo mismo y vendía los puestos para recuperar. Entonces ya se sabe desde entonces que el que llega al poder va a robar, porque para eso llegó.

SE PREMIA una sola tesis
El premio que va acompañado de ningún estipendio económico. Es simbólico, curricular.

La Universidad de Zaragoza
Es una universidad modesta en el contexto español, sin embargo cuenta con un Departamento de Filología muy bueno con un montón de profesores que uno querría tener siempre. “Vacas sagradas”, como se dice.