Parabuses lucen en pésimo estado

A dos años y medio de que la actual administración estatal asumió su responsabilidad de gobernar, numerosos parabuses de la capital continúan en pésimas condiciones operativas y sin que se vislumbre esperanza de reparación o substitución.

Fuera de las estaciones de abordaje y descenso de la flamante Red Metro, hay un gran número de parabuses de las líneas tradicionales que ya cumplieron entre 15 y 30 años de uso o más y que, por ende, se encuentran en muy malas condiciones.

Muchos muestran sus estructuras de soporte ya oxidadas o carecen del techo protector para las y los usuarios. Otros cuentan con asientos semi caídos o con trozos de lámina desprendidos que resultan un peligro para las personas.

Algunas más han sido destrozados, o al menos grafiteados por vándalos en distintos sectores de la capital, como las colonias llamadas “populares”. Sin embargo, en el propio Centro Histórico y sus calles aledañas, también hay ejemplos abundantes del deterioro.

Como ejemplo, los parabuses, bastante escasos, que se ubican alrededor de la alameda Juan Sarabia, algunos de los cuales tienen sus asientos desprendidos o más bien a punto de caer, por lo que ya nadie los usa.

Lo cierto es que se invierte en el lucimiento de proyectos de transporte de las actuales administraciones, pero no en el mantenimiento de la infraestructura urbana ya existente o heredada por gobiernos anteriores.