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Alumnos del Tecnológico de Monterrey en Puebla trabajan en una chamarra con descarga eléctrica para mujeres que sirva como defensa personal, la cual no daña a quien la porta.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la encuesta sobre percepción social de inseguridad por su entidad, Puebla fue evaluado con 72 por ciento en diciembre en cuanto a percepción en este tema.
Por ello, un grupo de universitarios conformado por Giwan Park, estudiante en Ingeniero en Desarrollo Sustentable; Guadalupe Martínez Gloria, licenciado en Derecho (LDI), Anaid Dafne Parra Quiroz y Esthela Gómez Vázquez de ingeniería en Mecatrónica (IMT), buscan proteger a las mujeres que salen a la calle con el riesgo de ser asaltadas.
Las universitarias desarrollaron el proyecto “Woman Wearable”, una chamarra de circuito cerrado que puede dar descargas eléctricas, como defensa para quien busque atacar o tomar por fuerza a la persona que la porta.
Parra Quiroz, una de las integrantes del equipo explicó que lo que se busca con ella, es brindarles a las mujeres una herramienta que sea de fácil uso y se sientan protegidas a la hora de salir a la calle.
“La inseguridad que se presenta en la ciudad de Puebla ha tenido grandes consecuencias, principalmente en el género femenino, teniendo un alza en el número de feminicidios y pasando a ser uno de los estados más peligrosos en este ámbito”, dijo a través de un comunicado.
Explicaron que lo que se busca con este prototipo es disminuir el número de ataques al género femenino, tomando en cuenta la vulnerabilidad de las féminas, pues, “más allá de ser una prenda u objeto de ataque, el producto diseñado se enfoca en la defensa personal y más que agredir al delincuente, es la posibilidad de defenderse y tener tiempo para huir o pedir auxilio”.
Detalló que la chamarra cuenta con un circuito que es un inversor de voltaje; es decir que, a partir de una pila, un oscilador electrónico y un transformador puede elevar el voltaje de la pila con un mínimo de corriente.
El cuerpo humano al estar compuesto de agua y electrolitos en su mayor porcentaje, funciona como un conductor débil o mejor aún, una resistencia eléctrica para la persona que porta la chamarra.
“Cuando haces circular energía eléctrica a través de una resistencia se consideran dos factores: voltaje e intensidad, lo que también se podrá hacer es bajar o subir su intensidad”, destacaron.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la encuesta sobre percepción social de inseguridad por su entidad, Puebla fue evaluado con 72 por ciento en diciembre en cuanto a percepción en este tema.
Por ello, un grupo de universitarios conformado por Giwan Park, estudiante en Ingeniero en Desarrollo Sustentable; Guadalupe Martínez Gloria, licenciado en Derecho (LDI), Anaid Dafne Parra Quiroz y Esthela Gómez Vázquez de ingeniería en Mecatrónica (IMT), buscan proteger a las mujeres que salen a la calle con el riesgo de ser asaltadas.
Las universitarias desarrollaron el proyecto “Woman Wearable”, una chamarra de circuito cerrado que puede dar descargas eléctricas, como defensa para quien busque atacar o tomar por fuerza a la persona que la porta.
Parra Quiroz, una de las integrantes del equipo explicó que lo que se busca con ella, es brindarles a las mujeres una herramienta que sea de fácil uso y se sientan protegidas a la hora de salir a la calle.
“La inseguridad que se presenta en la ciudad de Puebla ha tenido grandes consecuencias, principalmente en el género femenino, teniendo un alza en el número de feminicidios y pasando a ser uno de los estados más peligrosos en este ámbito”, dijo a través de un comunicado.
Explicaron que lo que se busca con este prototipo es disminuir el número de ataques al género femenino, tomando en cuenta la vulnerabilidad de las féminas, pues, “más allá de ser una prenda u objeto de ataque, el producto diseñado se enfoca en la defensa personal y más que agredir al delincuente, es la posibilidad de defenderse y tener tiempo para huir o pedir auxilio”.
Detalló que la chamarra cuenta con un circuito que es un inversor de voltaje; es decir que, a partir de una pila, un oscilador electrónico y un transformador puede elevar el voltaje de la pila con un mínimo de corriente.
El cuerpo humano al estar compuesto de agua y electrolitos en su mayor porcentaje, funciona como un conductor débil o mejor aún, una resistencia eléctrica para la persona que porta la chamarra.
“Cuando haces circular energía eléctrica a través de una resistencia se consideran dos factores: voltaje e intensidad, lo que también se podrá hacer es bajar o subir su intensidad”, destacaron.
