Mueren miles de abejas por plaguicida en Quintana Roo

A-AA+

El uso de un plaguicida para fumigar un terreno donde se cultivará chile habanero —por parte de un particular— provocó la muerte de miles de abejas de 19 apiarios del ejido Candelaria, en el municipio José María Morelos.
El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible-Península de Yucatán (CCMSS-PY) calculó los daños en más de 2 millones de pesos y señaló que los efectos del químico abarcaron un radio aproximado de cuatro kilómetros.
El pesticida utilizado fue fipronil, cuyo nombre comercial es Regenet 4SC, que es admitido en México, aunque desde 2013 países de la Unión Europea prohibieron su uso.
Wilson Ayala Mex, uno de los apicultores que resultaron afectados, dijo que desde el 8 de agosto, los productores comenzaron a detectar la mortandad de abejas, que fue aumentando conforme pasaron los días. A la fecha, "las abejas todavía siguen cayendo".
Comentó que el sábado pasado los afectados trataron de interponer una denuncia ante la oficina del Ministerio Público en José María Morelos, pero se les dijo que la muerte de las abejas no es un delito y la institución carecía de competencia.
Sin embargo, el Consejo Civil subrayó que el Código Penal del estado, en su artículo 147, fracción II, indica quien o quienes "destruyan colmenas, miel, abejas, panales y productos apícolas" incurren en un delito en materia de apicultura.
Después de insistir y argumentar, los apicultores lograron que la denuncia fuera admitida, lo que abre un proceso de investigación.
Los resultados, el lunes. Aurora Xolalpa Aroche, investigadora de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO), han tomado varias muestras, para estudiarlas y monitorear los efectos del químico en otros polinizadores, en la fauna y la flora e incluso en la salud humana, además de estudiar cuánto tiempo permanecerán los residuos del químico en el ecosistema.
La investigadora subrayó que, al margen de los resultados de las pruebas practicadas —que estarán listos a partir del lunes próximo— existe una preocupación "muy grande" por los impactos económicos para las familias que viven de la producción de sus apiarios, al igual que el impacto negativo a la flora y fauna de la zona, porque quizá no afecte sólo a las abejas, sino a otros polinizadores.
"Preocupa y mucho, el tiempo de residualidad, es decir, el tiempo en que se seguirá liberando el producto, que puede ser hasta de 18 semanas. "Lo que hallamos fueron abejas muertas, 14 productores afectados, colonias con reservas de miel, pero la cosecha futura se perdió. En muchos casos hay pérdidas totales y eso es grave, pues tienen que empezar desde cero. Al menos para producir hay que esperar un año para fortalecer los núcleos y la llegada de colonias fuertes en esta zona", manifestó.